Migración
2019, un mal año para las personas que migran

El último año de esta década se habló mucho de migración, pero fue la extrema derecha quien impuso el marco de la conversación, con poca impugnación desde otros espacios. La centralidad del discurso securitario barrió de la agenda los derechos humanos de las personas migrantes.

27 dic 2019 07:00

Expulsar a 52.000 inmigrantes ilegales de Andalucía. Eso exigía Vox cuando hace un año iniciaba su periplo institucional tras obtener 12 escaños en el parlamento andaluz. Desde la posición de fuerza que le ofrecía tener en sus manos las llaves de un gobierno del popular Juan Manuel Moreno Bonilla, tras cuatro décadas de PSOE al frente de la Junta, este requerimiento, el de la expulsión de miles de seres humanos, aparecía en un documento de propuestas para una eventual negociación difundido el 8 de enero. En el mismo se exigía suprimir “las ayudas a los inmigrantes ilegales”, e “ilegalizar las organizaciones que (...) favorezcan la inmigración ilegal”.  

El guión poco ha cambiado para la ultraderecha a lo largo de un año en el que se ha conseguido afianzar el relato de la inmigración como un problema de seguridad, consolidando las derechas el eje migratorio como una línea de frente para recabar votos, alternando este fantasma con el frente del independentismo catalán.

Términos como “avalancha migratoria”, imaginarios que asocian violencia sexual y migración, la insistencia en que las personas inmigrantes en situación irregular acaparan las ayudas sociales, la criminalización de las organizaciones de rescate y ayuda a las personas migrantes, o el continuo señalamiento a las personas musulmanas como fuente de problemas de convivencia, son pilares centrales en el discurso de los de Santiago Abascal, pero no solo de ellos. 

Partido Popular y Ciudadanos bajaron al barro para disputar los votos del miedo a la inmigración mientras intentaban parecer moderados, en ese esquizofrénico juego por el que tienen que compartir el discurso de la extrema derecha pero con formas menos ultramontanas. Casado no solo se dejó barba este año, arrancó 2019 pidiendo una inmigración regulada y con contrato desde Ceuta, resucitando el término “efecto llamada” para acusar al gobierno del PSOE de poca contundencia. Rivera se subió al carro de la inmigración selectiva —tan combinable con el racismo o la islamofobia— y defendió, en el primer debate electoral, privilegiar a los migrantes de países latinoamericanos.

Partido Popular y Ciudadanos bajaron al barro para disputar los votos del miedo a la inmigración mientras intentaban parecer moderados 

Las cosas no quedaron en lo discursivo en el campo derecho: en el acuerdo para los presupuestos de 2020 de Andalucía había un  punto en el que se señalaba la colaboración de la Junta con el Ministerio del Interior, aportando la información en poder de la primera para poder perseguir la inmigración ilegal. Pese a que se negase desde el Partido Popular que este punto supusiera la entrega de datos obtenidos en los servicios competencia de la Junta —colegios, hospitales...— a la policía, Vox reafirmó que aquel era el espíritu del acuerdo.

El presupuesto andaluz también detraía 600.000 euros a las organizaciones que apoyan a las personas inmigrantes. Este mismo lunes, en el Ayuntamiento de Madrid Vox dejó su firma personal consiguiendo restar más de 300.000 euros en políticas de apoyo a personas refugiadas. Así, el discurso antiinmigración se materializa en decisiones políticas que afectan a la vida de las personas migrantes, en un marco previo que no era precisamente idílico, con una ley de extranjería que dificulta el acceso a derechos de miles de seres humanos en el estado español, CIE que se siguen sustrayendo al escrutinio de los derechos humanos, y una política de frontera que da la espalda al marco de derecho internacional que ampara a las personas migrantes.  

Un capítulo aparte merece la gestión migratoria de quienes, presentándose como alternativa de izquierdas a ese discurso securitario, lo avalan en sus prácticas. Con el PSOE se normalizó la práctica de las devoluciones en frontera, se ahondó en el desmantelamiento de Salvamento Marítimo y se dificultó la labor de las organizaciones civiles de rescate.

Mientras en verano se deshojaba la flor de la gobernabilidad, la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, ignoraba el derecho marítimo que obliga a rescatar, supeditando el salvamento de inmigrantes, a tener una licencia para ello. Bajo ese razonamiento, el Open Arms, que por entonces llevaba varios días en la mar con 83 personas a bordo en condiciones extremas, debía afrontar una sanción. Pasaron 20 días hasta que el barco pudo atracar en Lampedusa por orden de un juez.  

Doctrina Salvini y otras cuestiones de la necrofrontera

El pasado 14 de septiembre, 82 personas rescatadas por el Ocean Viking desembarcaron en un puerto de Lampedusa. Llevaban seis días esperando, pero esta vez no hizo falta que un juez interviniera: Matteo Salvini ya no estaba en el gobierno aunque la normativa instaurada por él, que prohibía la entrada de barcos de rescate en aguas italianas, seguía vigente.  

El exvicepresidente, en la oposición tras una jugada política que le salió mal, había protagonizado un mediático pulso con la capitana del Sea Watch III, Carola Rackete, quien dirigió su barco en el que viajaban unas cincuenta personas rescatadas hacia el puerto de Lampedusa sin contar con la autorización del gobieno italiano.

Poco después del desembarco del Ocean Viking, Italia, Francia, Alemania y Malta se reunían en La Valeta, para acordar un pacto que facilitaría el reparto automático de personas rescatadas en el Mediterráneo central. Pacto al que Pedro Sánchez dijo que se sumaría a finales de noviembre. El pacto fue saludado como un avance, pero las organizaciones advierten de su alcance limitado y recuerdan que mientras Libia siga jugando un rol central en el control de flujos migratorios los derechos humanos de las personas migrantes se verán sistemáticamente vulnerados bajo el beneplácito de la Unión Europea. El recrudecimiento del conflicto interno no ha hecho sino profundizar en la situación de peligro en la que se hayan miles de seres humanos que intentaron llegar a Europa atravesando el país.

Entrar en la Unión Europea por el Este no es enfrentarse al mar ni a la situación libia, pero sí a condiciones infrahumanas en los saturados campos de refugiados griegos, o a los abusos y el frío en el camino que recorre el continente hacia el oeste.

Pocos meses antes de la caída de Salvini, en las elecciones europeas del pasado mayo, las fuerzas de la extrema derecha alcanzaban un máximo histórico, sumando 172 escaños, un resultado por debajo de lo temido que fue recibido con cierto alivio por el resto de fuerzas políticas. Los grupos, que son muy diversos entre ellos, tienen en común el discurso antiinmigración. Así, pocos meses después de que Europa se felicitase por el freno a los radicales de derechas, la flamante nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula Van Der Layen, anunciaba la creación de la cartera “Defender el modo de vida europeo”, que agruparía las políticas de seguridad e inmigración, junto a Educación y Empleo. Si bien la presidenta tuvo que reformular  nombre y contenido de la cartera como consecuencia de las críticas, el guiño ya estaba hecho. 

Así, la Unión Europea sigue concibiendo la migración como una cuestión de fronteras incrementando año tras año el presupuesto de Frontex y continuando con su política de externalización. Hace unas semanas, la Organización Internacional de las Migraciones cifraba en más de 1.200 las personas fallecidas en el Meditarráneo durante el 2019. Las organizaciones de derechos humanos recuerdan que el número esté probablemente muy por debajo de las víctimas reales pues nadie lleva la cuenta de quién se echa al mar. Caminando Fronteras que intenta hacer ese seguimiento en la Frontera Sur de España, recordó a las 655 personas desaparecidas en el Estrecho, en dos informes semestrales en los que calificaba al Mediterráneo de necrofrontera. 

El show contra los menores no acompañados

Lejos de señalar las amenazas que se ciernen sobre la vida de las personas que migran, este fue el año en el que se señaló a las personas que migran como amenaza, en especial a un colectivo: el de los niños y niñas que viajan solos. No importó el precedente de los ataques a centros de menores en Barcelona el pasado verano para disuadir a la extrema derecha de hacer campaña electoral contra su último chivo expiatorio cerca del centro de Macarena, en Sevilla.

Mientras, el centro de primera acogida de Hortaleza tuvo que soportar una concentración ultraderechista. Semanas después, una granada localizada en el interior del centro hizo saltar todas las alarmas. Durante las semanas de campaña electoral, al tiempo que el fascismo señalaba a su nuevo chivo expiatorio fueron varias las agresiones que se dieron contra jóvenes de apariencia extranjera. 

Ser inmigrante en el Estado español  

Ubicada la cuestión migratoria como amenaza a gestionar, poco lugar queda para los avances en derechos. La impugnación a una ley de extranjería que genera inseguridad vital a las personas que migran condenándoles a la irregularidad con la merma que esto supone en sus derechos aparecía a nivel estatal en los programas electorales de Unidas Podemos, partido cuyo nivel de apoyo se ha reducido en el último año y que ha tenido que atemperar su agenda política para optar a gobernar junto a un PSOE poco beligerante con un régimen migratorio que él mismo contribuyó a contruir, CIE incluídos. Tampoco ayuda a la hora de esperar un cambio el poco prometedor currículum socialista en cuanto a políticas de gestos. Haber sacado finalmente las concertinas de los muros de Ceuta y Melilla, casi al mismo tiempo que el aliado Marruecos coloca concertinas de su lado de la frontera, ejemplifica los límites de estos gestos.  

Sin derechos, las personas migrantes son víctimas fáciles de abuso y explotación: es el caso de las jornaleras que un año más volvieron a territorio español a hacer la temporada de la fresa, sin más derecho que a trabajar y totalmente dependientes de sus empleadores, en un modelo de inmigración regular, ordenada y temporal que parece ser el paradigma de migración deseada en el que las personas solo son fuerza de trabajo escasamente pagada que vuelve a su país cuando el empleador lo considera. Por otro lado, las condiciones de los trabajadores inmigrantes en situación irregular, hacinados en infraviviendas y a merced de los patrones, no parecen ser muy preocupante para quienes reclamaban cuotas de ilegales expulsados.

El afán por la regularización tampoco ha servido para agilizar el acceso a turnos que permitan avanzar en la consecución de papeles, o al menos renovarlos. El pasado octubre, colectivos migrantes denunciaban en Madrid la imposibilidad de acceder a citas de extranjería. Tampoco ser solicitante de asilo es fácil, este año fue el segundo en el que familias enteras se encontraron en situación de calle en Madrid mientras las administraciones se pasan la pelota.

A veces las administraciones no solo fallan sino que aprovechan la vulnerabilidad de las personas para incurrir en prácticas abiertamente criminales: es el caso de la operación Carioca, cuya instrucción ha revelado cómo funcionarios policiales de Lugo encargados de perseguir la trata, en coordinación con agentes encargados de los trámites de extranjería se confabularon para beneficiarse del negocio de la trata y tener acceso a mujeres a las que podían expulsar del país a voluntad.

Ex-menas, antirracistas y vecinas

Ante el panorama de criminalización y abandono de las personas migrantes no falta respuesta. No son pocas las personas migrantes que han contestado en las redes sociales y en los medios los discursos criminalizadores y el racismo. Más allá de las respuestas individuales, se evidencia la contestación colectiva en un año en el que una organización de exMena va tomado fuerza, en el contexto de un movimiento antirracista que lleva unos años afianzándose. Por otro lado, no han faltado las muestras y manifestaciones de apoyo a los menores migrantes, mientras que las redes de solidaridad han contestado una vez más, allá donde las administraciones se han desentendido. No dejan de ser organizaciones civiles quienes han seguido rescatando en el Mediterráneo, o acompañando y recordando a quienes cruzan el Estrecho.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Migración
Asentamientos Los continuos incendios en los asentamientos de Huelva dejan en la calle a las personas trabajadoras migrantes
En la madrugada del pasado día 4 ardieron una treintena de chabolas en un asentamiento de personas migrantes en Lucena del Puerto (Huelva). Esa es la noticia. La verdadera historia la escriben sus habitantes una vez apagadas las llamas.
Catalunya
Etnonacionalismo Sílvia Orriols y la etnia catalana: etnonacionalismo, globalización y seguridad
El etnonacionalismo prioriza los intereses de un grupo determinado en función de las características ontológicas, raciales o culturales.
Migración
Migración Maternidades migrantes: criar entre la precariedad laboral y la ley de extranjería
Sin redes familiares en las que sostenerse y en un contexto laboral enfrentado con la conciliación, las madres migrantes se ven especialmente expuestas a la precariedad.
#45357
2/1/2020 11:23

Ojalá dejaseis de utilizar términos de salud mental para describir malas situaciones.

0
0
#45190
28/12/2019 20:42

La extrema derecha solo le importa llegar al poder, le importa poco los ciudadanos y los inmigrantes, ese es su objetivo , mercenarios.

0
0
Industria armamentística
Comercio de armas Un envío de armas a Israel enciende la polémica sobre la complicidad de España en el genocidio
Cerca de 35 toneladas de material militar a bordo del buque ‘Borkum’ han hecho escala en Las Palmas y Cartagena. Después de pasar por Eslovenia y República Checa, terminarán en Israel, según una filtración a la que ha tenido acceso la Rescop.
Palestina
Acampadas Universitarias Palestina Las estudiantes de Valencia bloquean con barricadas la facultad de filosofía
Las estudiantes acampadas en Valencia han ocupado la Facultad de Filosofía para “que sus exigencias se cumplan”. En el resto de acampadas estudiantiles contra el genocidio la presión y el apoyo aumentan a dos semanas de su comienzo
Barcelona
Barcelona El PSC desahucia el centro social La Tancada, donde vivían 35 personas de máxima vulnerabilidad
El anterior equipo de gobierno, encabezado por Ada Colau, paralizó el desahucio de este edificio de titularidad municipal okupado en 2018 por el movimiento antirracista, mientras que Jaume Collboni lo retomó en septiembre, tras ocupar la alcaldía.
LGTBIAQ+
Lesbofobia El triple lesbicidio en Argentina evidencia el impacto de los discursos de odio
La escasa repercusión mediática de un brutal feminicidio de tres mujeres lesbianas en una pensión de Buenos Aires alerta sobre la normalización de los discursos estigmatizantes.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Represión
Violencia policial El policía infiltrado en movimientos sociales de Madrid amenaza a una de sus víctimas
Los grupos de apoyo a las personas víctimas de esta práctica han sacado un comunicado conjunto en redes en el que denuncian que la infiltración policial es tortura.
Pueblo gitano
Pueblo Gitano El caso de Daniel Jiménez, o cómo resistir al antigitanismo desde el Derecho
En los últimos meses, la reapertura de los casos de Daniel Jiménez y Eleazar García, ambos fallecidos bajo custodia policial, han supuesto dos victorias en la lucha contra al antigitanismo en el ámbito judicial.

Últimas

Extrema derecha
Mujeres contra el fascismo Colectivos de mujeres ocuparán Colón para plantar cara al acto de Vox que congregará al “fascismo global”
La manifestación partirá a las 11 horas desde la madrileña plaza de Colón y acabará en Nuevos Ministerios, donde a las 12 horas enlazará con una de las columnas de la marcha por la sanidad pública.
Maltrato animal
Maltrato animal Una nueva ‘granja del terror’ salpica a la cadena de suministros de Lidl
El Observatorio de Bienestar Animal denuncia a una granja burgalesa por maltrato animal y publicidad engañosa tras publicar imágenes de cerdos maltratados y en condiciones de vida deplorables.
Agroecología
Ecología andaluza ¿Qué anillo verde necesita la Sevilla del siglo XXI?
La idea de impulsar un gran anillo verde en Sevilla ha ganado peso en los últimos años gracias al trabajo de los movimientos sociales. Sin embargo, un proyecto como este conlleva mucho más que plantar árboles. Aquí exponemos, brevemente, cómo pensamos que debería planificarse y ejecutarse el anillo verde que necesitamos en la Sevilla del siglo XXI.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Migración
Asentamientos Los continuos incendios en los asentamientos de Huelva dejan en la calle a las personas trabajadoras migrantes
En la madrugada del pasado día 4 ardieron una treintena de chabolas en un asentamiento de personas migrantes en Lucena del Puerto (Huelva). Esa es la noticia. La verdadera historia la escriben sus habitantes una vez apagadas las llamas.
Más noticias
Especulación inmobiliaria
Especulación Inmobiliaria en Madrid “No queremos ser Brooklyn”: vecinos y comerciantes de Puerta del Ángel se organizan frente a la especulación
El Sindicato de Inquilinas y las asociaciones de la zona apuntan en sus protestas a los fondos buitres, mientras que los negocios tradicionales acusan la presión de propietarios y el cambio de perfil del vecindario
Industria
Escapes El Gobierno Vasco cierra la planta de químicos de Zorroza (Bilbao) de manera cautelar
El Departamento de Medio Ambiente lo decreta de forma cautelar después de que la planta haya registrado dos incidentes en los últimos 15 días
Instituciones culturales
Descolonizar el museo Colombia pide a España que devuelva el Tesoro de los Quimbayas
El Ministerio de Cultura de Colombia solicita formalmente el retorno de la colección Quimbaya que se encuentra en el Museo de América en Madrid.
Análisis
Análisis Israel nunca tuvo derecho a existir
Sobre Israel hay quienes se sobresaltan al escuchar que no tiene derecho a existir. Inmediatamente le atenazan décadas de falsos axiomas y propaganda de occidente para sostener su colonia en Palestina.

Recomendadas

Movimiento obrero
Alex Gourevitch “La gran victoria del capitalismo es resignificar la idea de libertad legitimando relaciones de dominación”
Alex Gourevitch, politólogo y profesor en la Universidad de Brown, es el autor del ensayo histórico ‘La República Cooperativista. Esclavitud y libertad en el movimiento obrero’.
Finanzas éticas
Banca ética Gabriel Abascal: “Las finanzas éticas impiden que con nuestro dinero se financie la guerra”
El participante del grupo coordinador de los socios del banco cooperativo Fiare Banca Ética en el País Valenciano explica cómo funcionan las finanzas éticas y democráticas.
Industria armamentística
Industria armamentística La Junta de Andalucía reúne en Sevilla a 250 empresas armamentísticas cómplices con el genocidio en Palestina
La Junta de Andalucía organiza la Aerospace and Defense Meetings ADM 2024 en Sevilla que congregará a cientos de empresas armamentísticas en pleno genocidio de Israel contra el pueblo palestino y en un contexto de rearme en la UE