Vacaciones
32 de agosto

El autoproclamado Frente Revolucionario de Agosto decide suspender el inicio de septiembre.
Sarah Babiker
1 sep 2021 09:22

Hoy es 32 de agosto, o al menos eso pretenden las células de vacacionantes rebeldes que tomaron anoche aeropuertos, peajes y estaciones, con un objetivo salvaje: reclamar que el calendario no avance hasta que se renegocie un nuevo acuerdo social en cuanto al derecho al tiempo. 

Ante las primeras noticias de este insólito hecho son muchos y muchas quienes se han dirigido a sus informativos y cabeceras de confianza para hallar a su vez un panorama nunca visto: redacciones desiertas u ocupadas con sombrillas e irónicas pelotas de playa daban la pista de algo que muchos se encontrarían después en oficinas y centros de trabajo: sillas vacías y gente tomando el sol en los pasillos.

“La verdad es que yo no sabía nada, pero me he encontrado con el percal en el supermercado y me he vuelto al coche, que todavía andaba la tumbona caliente en el maletero”, comentaba Mario Hernández, reponedor de Mercadona, mientras terminaba una novela de Truman Capote cómodamente instalado en la sección de cremas solares. Nadie parece saber cómo se ha detonado la protesta, y de qué manera tantos veraneantes a lo largo y ancho del Estado se han coordinado para ejecutar tan demencial acción. “¡Abajo la depresión post-vacacional, que se deprima la patronal!”, coreaban exaltados a primera hora un  grupo de comerciales de mediana edad en un camping de Asturias. Esta minimanifestación y muchas otras similares llevan horas circulando en las redes sociales bajo el hashtag #32deagosto.

“¡Abajo la depresión post-vacacional, que se deprima la patronal!”, coreaban exaltados a primera hora un  grupo de comerciales de mediana edad en un camping de Asturias”

“Lo que me gusta de esta movilización es que está abierta a cualquiera, yo misma, que llevo tres años sin vacacionar, me he enfundado las chirukas y he enfilado hacia El Retiro como quien emprende un safari”, ha afirmado una trabajadora de Glovo, que lleva 36 meses en fila colgada a la app. “Me dirás, ‘pero si tú no tienes ni contrato, a santo de qué pides más vacaciones’, y mira, yo ahí veo una rebelión, un aullido contestario, un desplazamiento del marco, en plan: ¿me vas a decir tú a qué tengo que aspirar yo, so imbécil?”.

“Era petarlo todo o petar nosotras”, ha declarado con relajada convicción María Pérez, una madre trabajadora que pasaba dos semanas de asueto entre árboles, montañas y alegría. “Llevábamos un par de días intentando consolar a los niños ante el obligado regreso a las extenuantes rutinas cotidianas, las prisas, las obligaciones, el encierro, los gritos por el estrés, la disciplina hostil de la sociedad moderna que interiorizas y reproduces por generaciones y generaciones de desgraciados, así hasta que un día fuimos honestas con nuestras vidas y vimos que nuestros argumentos solo se sostenían con la vetusta ética del trabajo y la devaluación consuetudinario de nuestro tiempo y nuestro deseo”, ha declarado Pérez bajo la mirada conmovida de sus hijos. “Coño, ya era hora —apuntaba su primogénito, un zagal de ocho años—, nosotros es que somos demasiado jóvenes para someternos al autoengaño: la vida es una mierda si tienes que entregar once doceavos de la misma a cambio de cuatro semanas de paz”.

Un manifiesto, firmado por el Frente Revolucionario de Agosto, se ha viralizado a partir de las 10 de la mañana: “Nosotros, los imbéciles del portátil, las que contestamos mails en las vacaciones, los que viven el domingo como el nuevo lunes, las que arañamos horas de sueño para entregárselas a una productividad idiota, los hámsters más entusiastas de la rueda, oprimidas y vilipendiadas por nosotras mismas y nuestros esclavistas super egos declaramos: se acabó. La vida es larga, y las vacaciones cortas. La vida es corta, y el curro no acaba nunca. Lo mires como lo mires, la cosa no se sostiene. O nos dais un mes más de vacaciones o aquí no vuelve ni Peter”, rezaba.

“Convengamos que el manifiesto es poco serio”, ha valorado, en bermudas con estampado de palmeras, el antropólogo especializado en movimientos sociales Chango Ortiz, “pero para alcanzar semejante profundidad impugnatoria del modelo, semejante sopapo al paradigma del trabajo como único recorrido digno de la vida humana, supongo que hacía falta un poco de chufla. Por otro lado, entiendo que el hecho de que la gente esté de buen rollo y bienhumorada contribuye a garantizar la reproducción del movimiento durante algún tiempo. A lo que asistimos, después de todo, es a la prolongación política de un estado de liminalidad que sucede más o menos en la operación retorno, cuando atravesamos el rito de transición anual por el que abandonamos el dominio sobre nuestro propio tiempo para entregar nuestra fuerza de trabajo, nuestras horas, y nuestra savia vital, a un sistema depredador que apenas nos compensa por toda la vida que nos roba”, ha concluido el investigador entre lágrimas.

“Lo que no queremos es volver a nuestras vidas de mierda”, resumía entre risotadas Ricardo Flor, oficinista 40 horas a la semana por contrato, y otras 20 horas más por gilipollas

“Lo que no queremos es volver a nuestras vidas de mierda”, resumía entre risotadas Ricardo Flor, oficinista 40 horas a la semana por contrato, y otras 20 horas más por gilipollas. “Bueno, por gilipollas no”, se explica, “es que si no haces horas de más, si dejas la oficina antes de que el astro rey se oculte tras las últimas montañas del horizonte, quedas como alguien poco comprometido con el trabajo”, se sincera. “¿¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí??”, se interroga con la cabeza entre las manos.

Gracia Gil ha compartido sus motivaciones personales en un vídeo en Instagram. “Llevo un mes de trabacaciones, que lo llaman, rastreando wifi entre las cabras. He llegado a sentir odio por mí misma. Una parte de mí, la heredera de la noble lucha obrera que conquistó vacaciones pagadas para todas, quería estrangular a la otra parte, ese ser tan agradecido por tener un trabajo en esta escalada de precarización y exclusión que no podía concebir defraudar a la empresa”. En el vídeo, Gil explica cómo consiguió encontrar una salida a un pulso que la mataba por dentro: “Alguien me dijo que era una privilegiada por tener vacaciones, y que no tenía derecho a quejarme, en ese momento vi ante mis ojos pasar toda la lucha obrera del siglo XX. Porque, dime tú, ¿qué es la lucha de los trabajadores sino una batalla histórica por el derecho al tiempo, sin miedo a la pobreza o la miseria?”.

Si bien el movimiento espontáneo ha contado con la adhesión y simpatía de una parte considerable de la sociedad, no faltan los que afean que en un periodo de crisis total, con tanta gente con escasos recursos, la emergencia climática amenazando la vida en la tierra, y la factura de la luz por las nubes, no tengan nada mejor que hacer que reivindicar más tiempo libre. “Nos llaman posmodernos”, declaraba una cuadrilla de treintañeros ociosos en resistencia en un vídeo, “nos señalan lo egoísta y poco prioritario de nuestra lucha, como si no nos batiéramos por el tiempo de todos, como si solo pudiésemos llevar una lucha cada vez: pero hasta para ir a tomar las eléctricas ladronas necesitamos un tiempo que no tenemos. No sabemos si nosotros somos posmodernos, pero sí que quienes nos acusan de serlo son los clásicos granos en el culo de la noble imaginación política, motor de cualquier cambio histórico”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Universidad
UNIVERSIDAD El profesorado asociado de la UCM enfrenta un plan de recortes sin negociación ni transparencia
Estos cambios forman parte de una estrategia de “estabilización” que continuaría en el próximo año y que, en la práctica, pone en riesgo la continuidad de numerosos docentes con muchos años de servicio.
Servicios públicos
Servicios públicos CC OO advierte del colapso de la atención al público de la DGT ante la falta de más del 50% del personal
El refuerzo de 150 trabajadores temporales (nueve meses) acaba en junio y apenas ha aliviado un servicio público que empuja a la ciudadanía a las gestorías, a posponer los exámenes de conducir y a dejar de trabajar, en el caso de los transportistas.
Exclusión sanitaria
Nuevo proyecto de ley Cómo debería ser la nueva ley de sanidad universal para que devolviera el acceso a todas las personas
Colectivos en lucha se muestran prudentes con el nuevo proyecto de Ley de Universalidad del Sistema Nacional de Salud y piden una redacción simple que elimine requisitos que puedan suponer barreras de facto.
Pequeñas grandes victorias
Pequeñas grandes victorias Una catástrofe simbólica evitada
De un Estado no se espera que ponga la salud de la ciudadanía en manos de negocios privados cuya prioridad, inevitablemente, es el negocio y no la salud.
Maltrato animal
Maltrato animal Una nueva ‘granja del terror’ salpica a la cadena de suministros de Lidl
El Observatorio de Bienestar Animal denuncia a una granja burgalesa por maltrato animal y publicidad engañosa tras publicar imágenes de cerdos maltratados y en condiciones de vida deplorables.
Migración
Asentamientos Los continuos incendios en los asentamientos de Huelva dejan en la calle a las personas trabajadoras migrantes
En la madrugada del pasado día 4 ardieron una treintena de chabolas en un asentamiento de personas migrantes en Lucena del Puerto (Huelva). Esa es la noticia. La verdadera historia la escriben sus habitantes una vez apagadas las llamas.

Últimas

Especulación inmobiliaria
Especulación Inmobiliaria en Madrid “No queremos ser Brooklyn”: vecinos y comerciantes de Puerta del Ángel se organizan frente a la especulación
El Sindicato de Inquilinas y las asociaciones de la zona apuntan en sus protestas a los fondos buitres, mientras que los negocios tradicionales acusan la presión de propietarios y el cambio de perfil del vecindario
Industria
Escapes El Gobierno Vasco cierra la planta de químicos de Zorroza (Bilbao) de manera cautelar
El Departamento de Medio Ambiente lo decreta de forma cautelar después de que la planta haya registrado dos incidentes en los últimos 15 días
Finanzas éticas
Banca ética Gabriel Abascal: “Las finanzas éticas impiden que con nuestro dinero se financie la guerra”
El participante del grupo coordinador de los socios del banco cooperativo Fiare Banca Ética en el País Valenciano explica cómo funcionan las finanzas éticas y democráticas.
Análisis
Análisis Israel nunca tuvo derecho a existir
Sobre Israel hay quienes se sobresaltan al escuchar que no tiene derecho a existir. Inmediatamente le atenazan décadas de falsos axiomas y propaganda de occidente para sostener su colonia en Palestina.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Videovigilancia
Derechos y libertades Videovigilancia algorítmica en nombre de la seguridad de los Juegos Olímpicos de París
Aunque las autoridades francesas aseguran que no se utilizará el reconocimiento facial durante los Juegos Olímpicos de París, existe el temor de que el uso de la videovigilancia algorítmica se convierta en permanente.
Palestina
Palestina Euskal Herria conmemora la Nakba en pleno genocidio en Gaza
Más de 5.000 personas han participado en las protestas en solidaridad con Palestina y por el boicot a Israel en Bilbao, Donostia, Vitoria-Gasteiz e Iruñea, convocadas por el movimiento BDS
Memoria histórica
Movilizaciones memorialistas Primera marcha al campo de concentración de Casas de Don Pedro (Badajoz)
La iniciativa “Al Alba de la Memoria” pretende recoger el impulso memorialista en la comarca, a la vez que reivindica el 15 de mayo como fecha histórica de la represión y del reconocimiento popular a sus víctimas.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Vecinas de Madrid escenifican la tragedia de la sanidad pública en una acción sorpresa en el Metro
El próximo domingo 19 de mayo a las 12:00 horas cuatro columnas desde Nuevos Ministerio, Plaza España, Hospital de La Princesa y Atocha partirán hacia Cibeles en la que se espera otra masiva marcha en defensa de la sanidad pública.
Opinión
Opinión Infiltrados en la democracia
Un nuevo caso de infiltración policial subraya la permanencia de una serie de prácticas que amenazan derechos fundamentales y tienen potencial delictivo.

Recomendadas

Industria armamentística
Industria armamentística La Junta de Andalucía reúne en Sevilla a 250 empresas armamentísticas cómplices con el genocidio en Palestina
La Junta de Andalucía organiza la Aerospace and Defense Meetings ADM 2024 en Sevilla que congregará a cientos de empresas armamentísticas en pleno genocidio de Israel contra el pueblo palestino y en un contexto de rearme en la UE
Palestina
Palestina Françoise Vergès: “La liberación de Palestina sería una verdadera sacudida para el mundo”
La politóloga antirracista Françoise Vergès radiografía el momento de quiebre en el que se encuentra el relato del excepcionalismo occidental que abandera Israel, y analiza los movimientos que le plantan cara desde las acampadas o el Sur global.
Agroecología
Día de la Persona Agricultora Milikua: “Las tareas del campo cobran valor cuando las hacen los hombres"
La autora del libro 'Sobre la tierra, bajo la sombra' (Consonni, 2023) reflexiona en el Día de la Persona Agricultora sobre el papel que ha tenido y tiene la mujer en el campo, su representación en los espacios de poder o sobre el Estatuto Vasco de las Mujeres Agricultoras
Policía
Espionaje político Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.