Tribuna
25 años del Guggenheim: los claroscuros del titanio

Fui becaria en el museo en 2009 y 2010, cuando un buen día se presentó la inspección de trabajo a hacernos entrevistas a las más de 70 jóvenes que formábamos parte del programa de prácticas. Acto seguido, levantó decenas de actas por el empleo fraudulento de becas para suplir puestos de trabajo estructurales.
patronato del museo Guggenheim Bilbao
El lehendakari presidiendo ayer la reunión del patronato del Museo Guggenheim Bilbao. Foto de Irekia

Integrante de Alternatiba y concejala de Bilbao por EH Bildu

18 oct 2022 15:35

Estos días el 25 aniversario del Museo Guggenheim Bilbao está copando los medios de comunicación: directos de radio desde el museo, documentales especiales en la televisión pública vasca, amplios reportajes fotográficos de la gala del aniversario en los periódicos impresos y entrevistas muy variadas con “los padres” del proyecto: arquitectos, ingenieros, urbanistas y políticos, todos ellos hombres blancos que no han conocido sino el privilegio en toda su vida. Se podría pensar que después de 25 años la fotografía actual representaría otra cosa, pero un cuarto de siglo no ha sido suficiente para avanzar en términos de igualdad. 

Llama poderosamente la atención que entre tantas loas y alabanzas al Museo Guggenheim Bilbao, los medios estén omitiendo sistemáticamente los escándalos y conflictos que se han sucedido en el icónico museo. En mi caso, estuve directamente afectada por uno de ellos. Fui becaria en el museo entre los años 2009 y 2010, cuando un buen día se presentó la inspección de trabajo a hacernos entrevistas a las más de 70 jóvenes que formábamos parte del programa de prácticas. Acto seguido, la inspección levantó decenas de actas por el empleo fraudulento de becas para suplir puestos de trabajo estructurales. 

Las conclusiones de la inspección fueron ratificadas años después por los tribunales, ya que en 2013 la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco declaró la existencia de una relación laboral

Las conclusiones de la inspección fueron ratificadas años después por los tribunales, ya que en 2013 la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) declaró la existencia de una relación laboral, y no de beca, imponiendo sanciones, tanto para el Museo Guggenheim como para la Fundación Novia Salcedo. Fuimos la última promoción de becarias-precarias que pasamos por allí. Si el ‘Estatuto del Becario’ que acaba de anunciar el Ministerio de Trabajo, que dicta que los becarios no podrán superar el 20% de la plantilla total de una empresa, hubiera estado entonces en vigor, el Guggenheim jamás habría sido viable durante años. Tanto es así que cuando fueron obligados por la inspección laboral a regularizar la plantilla, se perdieron servicios de los que prescindieron al no poder contar con becarios para los mismos.

Pero no ha sido el único episodio que ha empañado el brillo del titanio que recubre este Museo, cuya Fundación incluye entre sus valores el “compromiso por la calidad” y asegura que “el éxito del museo está unido a la excelencia en su gestión”. Parece mentira que estos días nadie se acuerde de los ríos de tinta que corrieron sobre uno de los mayores desfalcos producidos en una entidad vasca sustentada con dinero público. Y es que su director de Administración y Finanzas, Roberto Cearsolo, robó más de 500.000 euros de las arcas del Guggenheim, apropiándose repetidamente de distintas cantidades y manipulando las cuentas, prácticamente desde que accedió al cargo en el año 1998, y hasta el 2005. 

Parece mentira que estos días nadie se acuerde de uno de los mayores desfalcos producidos en una entidad vasca sustentada con dinero público: el director de Administración y Finanzas, Roberto Cearsolo, robó más de 500.000 euros de las arcas del Guggenheim

Este desfalco fue descubierto casi por casualidad, a través de otra investigación que llevaba el Tribunal Vasco de Cuentas acerca de la pérdida de 6 millones de euros (otro éxito de gestión) de la Tenedora del Museo en el transcurso de una operación de compra de dólares para la ampliación del fondo del museo en 2005. Cearsolo fue condenado a una pena total de 42 meses de prisión por los delitos de apropiación indebida de las cuentas del Museo y falsedad en documento mercantil. Con ejemplos como este, hace falta tener cara para presumir de excelencia en la gestión.

Lo cierto es que, desde que en 1997 el hoy emérito y por aquel entonces Rey de España, Juan Carlos I, apretara el botón de encendido de luces del museo en su acto inaugural, ha llovido mucho. Dicho sea de paso, el Borbón amigo de lo ajeno no aparece en las imágenes que estos días nos recuerdan la efeméride, quizá por no estar en sus horas más altas de popularidad. Otra curiosa casualidad. En todo caso, a la hora de echar la mirada atrás, hoy es el día en que muchos aseguran que quienes criticaron este proyecto, hoy se comen sus palabras. Pero que no nos ciegue el brillo del titanio: el llamado “efecto Guggenheim” es hoy incontestable, pero ¿en qué términos? ¿Cómo se mide su éxito? ¿En euros? ¿En número de visitantes? ¿En tasas de ocupación hotelera? Lo cierto es que el Guggenheim nunca fue un proyecto cultural, sino un artificio turístico. De hecho, es conocido que el Gobierno Vasco no envió a nadie de su gabinete vinculado a la cultura a las primeras reuniones, mandató más bien a los consejeros de áreas económicas para negociar lo importante.

Lo cierto es que el Guggenheim nunca fue un proyecto cultural, sino un artificio turístico

Y a pesar de que no se pueda negar el retorno económico con respecto a la inversión que hicieron las instituciones vascas, tampoco se puede afirmar que esa riqueza se haya redistribuido entre todas las capas de la sociedad, ni que el cambio de modelo de ciudad haya beneficiado a todas por igual. Este proyecto puso las bases para la construcción de un nuevo motor económico para la ciudad tras el declive industrial; un modelo de ciudad escaparate, basado en el sector servicios y dirigido a atraer al turismo internacional y grandes eventos que tienen consecuencias colaterales sobre las clases populares: precarización del empleo, dificultades de acceso a una vivienda digna y una ciudad cada vez menos cohesionada en términos sociales. 

Gobierno vasco
Gobierno vasco Alba Urresola no detectó un desfalco de medio millón cuando era encargada de control interno en la Fundación Guggenheim
Alba Urresola, actual Presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia, era subdirectora de Control Interno en la misma época en la que Roberto Cearsolo ejerció como subdirector Financiero y desfalcó 500.000 euros al museo.

Pero en este cuarto de siglo, si algo ha sido “marca del museo”, es la precariedad laboral. Muchos y diversos son los conflictos laborales surgidos en el Guggenheim que han acabado en largas huelgas. En 2016 se produjo el primer paro convocado por las 18 personas de los departamentos de educación y orientación del Museo Guggenheim de Bilbao, a los que siguieron muchos más. Estaban en plantilla de una ETT y exigían mejoras en las condiciones laborales así como su subrogación, ya que la nueva licitación estaba a punto de salir. La respuesta del Museo, con el incondicional apoyo del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, fue no sacar a concurso los servicios que hasta entonces prestaba la empresa y contratar directamente a tres educadoras, echando de facto a la calle a 18 personas. Fueron días de protestas en las que muchas participamos activamente, y tras un duro a la par que largo proceso judicial, la Fundación Museo Guggenheim Bilbao fue condenada en los tribunales por vulnerar el derecho a huelga y obligada a readmitir a las trabajadoras que denunciaron, al considerar nulos sus despidos.

Y sin lugar a dudas, tenemos que recordar y poner en valor la lucha de las limpiadoras del museo. Al igual que en el conflicto de las educadoras, el modelo de subcontratación de servicios y la precariedad laboral estaban en el origen de las reivindicaciones, pero en este caso, hay que sumar un tercer elemento: la brecha salarial entre mujeres y hombres. Hay que recordar que la mayoría de la plantilla son mujeres, y que llevan prestando el servicio de limpieza en el museo desde hace 20 años. Su sueldo medio rondaba los 600 euros mensuales, lo que suponía una brecha salarial por razón de género de casi el 50% con respecto a los hombres que trabajan en el sector de limpieza vial. El Museo Guggenheim y la empresa, en cambio, no reconocían la existencia de dicha brecha y se negaban a mejorar sus condiciones laborales. Tras más de nueve meses de huelga, las limpiadoras del Guggenheim lograron un aumento del 20% y el fin de los contratos parciales. De ellas, de las que en la pandemia fueron bautizadas como las imprescindibles, tampoco nadie se acuerda en este 25 aniversario.

A través de la memoria selectiva se puede blanquear y dulcificar el pasado, pero eso conlleva graves consecuencias, entre ellas la renuncia a lo aprendido en el recorrido. Analizar y aceptar las luces y sombras de estos 25 años sería un primer paso para cambiar y mejorar las cosas. Y por todo lo expuesto, más allá de las miles de flores de Puppy, hay mucho que cambiar en el Museo Guggenheim.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Ocupación israelí
INDUSTRIA DE LA GUERRA Mondragon participa en dos proyectos aeroespaciales con el mayor fabricante de defensa israelí
La corporación vasca mantiene cinco proyectos financiados con fondos europeos en los que colabora con diversas entidades israelíes que le reportan un total de 3.181.557 euros.
Ocupación israelí
ACUERDOS CON ISRAEL Un grupo de la UPV/EHU colabora en un proyecto europeo con un centro israelí vinculado al genocidio
QUENCH es una colaboración científica con el Israel Institute of Technology, que desarrolla los bulldozers teledirigidos usados en las demoliciones de casas palestinas.
Sindicatos
Sindicatos Los convenios estatales, autonómicos y provinciales articulan una protección laboral en cascada
CCOO defiende la articulación de los convenios estatales, autonómicos, provinciales y de empresa para dar cobertura a todas las personas trabajadoras de todos los sectores.
Partidos políticos
Partidos políticos Díaz se postula para seguir haciendo “política de la buena” y no se borra de candidata a las generales
La vicepresidenta tercera del Gobierno asegura que “no se va” del espacio político de Sumar. Izquierda Unida llama a un frente amplio y su coordinador cree que hay que superar el personalismo de Díaz para abrir una nueva etapa.
Francia
Francia El último bandazo del temerario Macron reactiva la unidad de la izquierda
Tras el batacazo en las europeas, el presidente francés abre las puertas a un Gobierno ultra convocando elecciones legislativas anticipadas. Un escenario que empuja a los partidos de izquierdas a reanudar su coalición unitaria.
Análisis
Análisis Europa, muérete rápido, o ¿debe Europa cosaquizarse?
La Unión Europea ha presentado en estas elecciones su peor cara al mundo: un continente que se adentra en su invierno demográfico, intelectualmente un pantano, a cuyas orillas vive una población presa de una frustración y rencor.
Opinión
Extrema derecha Alvise, Milei, Llados y el fracaso de la política para ofrecernos un futuro
La falta de expectativas, la precariedad y el descrédito de las instituciones y del periodismo impulsa a los monstruos que se alimentan de la desesperación y la desinformación.
Palestina
Palestina Palestina más allá del reconocimiento
El anuncio sobre el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España constituye un paso considerable, pero no está acompañado de la adopción de otras medidas necesarias para su consolidación efectiva.
Genocidio
Reino Unido Un barrio acampado contra el genocidio
Las vecinas del municipio londinense de Hackney plantaron las primeras tiendas hace algo más de un mes. Perseverando fuera de los campus, echan su pulso particular para que las autoridades municipales rompan con Israel.

Últimas

Comunidad El Salto
Comunidad El Salto Las cuentas de El Salto 2023-2024: cada vez más, un gran medio financiado por la gente
El Salto supera el millón de euros anuales de ingresos y aumenta su plantilla hasta llegar a las 28 personas empleadas. Todo eso con criterios éticos de financiación, funcionamiento horizontal y una cooperativa de propiedad colectiva.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Los desahucios crecen el 12,4% a pesar de la moratoria y el escudo social
En los tres primeros meses del año se produjeron 82 desahucios por día. Los desalojos por no poder pagar el alquiler suponen siete de cada diez. En este tiempo solo se registraron 563 juicios verbales por ocupación ilegal, según datos del CGPJ.
Comunidad El Salto
Diseño gráfico Que la fuerza creativa te acompañe: descubre la nueva web de Edita, la agencia de diseño gráfico de El Salto
Hablamos de nuestra “espada láser” de la creatividad: Edita. Poco lo hacemos para lo clave que ha sido en las distintas fases de nuestra existencia como medio y qué mejor ocasión que el estreno de su nueva web para recordarlo.
Unión Europea
Elecciones europeas Iparralde sucumbe a la extrema derecha
VV.AA.
El partido Agrupación Nacional de Marine Le Pen se ha impuesto en la mayoría de pueblos de Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Behera en las elecciones europeas
Más noticias
Elecciones
Elecciones europeas Yolanda Díaz deja sus cargos orgánicos de Sumar tras el descalabro de las europeas
Los malos resultados de Sumar en la noche electoral del 9 de junio llevan a la líder de Sumar a dejar todos sus cargos en el partido. Seguirá como vicepresidenta del Gobierno.
Fútbol
Deporte y negocio Florentino Pérez y el Manchester City o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar el fútbol
Manchester City, Real Madrid y Barcelona entienden que las normas de la UEFA o las ligas nacionales limitan su capacidad de generar ingresos, y buscan cambiar las estructuras bajo las que ha funcionado el fútbol en las últimas décadas.
Tribuna
Tribuna Antigitanismo al desnudo: la silla vacía en el Parlamento Europeo
Doce millones de personas de la UE ven vulnerado el derecho fundamental más elemental en democracia: el derecho a la representación política.
Tribuna
Tribuna En CC OO no hay cascadas, solo grifos cerrados
En empresas estatales como Lidl, CC OO ha denunciado que en Bizkaia y Araba se aplican condiciones de trabajo diferentes (mucho mejores) y ha publicado hojas informativas exigiendo que se empeoren las condiciones en la Comunidad Autónoma Vasca.

Recomendadas

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN Los retos del zapatismo hoy: cárteles, gobierno y militarización
En el tercer artículo de la serie de “30 años del levantamiento del EZLN”, el autor hace un recuento de la extraordinaria militarización de Chiapas y de cómo la narcoviolencia se hizo presente en este Estado del sureste mexicano
Estados Unidos
Keeanga-Yamahtta Taylor “La vivienda es un tema extremadamente político”
La profesora universitaria Keeanga-Yamahtta Taylor considera que la falta de una regulación eficaz en materia de vivienda en Estados Unidos obedece a la gran influencia del capital privado en las decisiones del gobierno.
Lobbies
Lobbies Atlas Network, el think tank ultraliberal que gana terreno en la UE de la mano de la agenda anticlimática
Una investigación de un laboratorio de control corporativo francés revela que una poderosa asociación global de lobistas libertarios empieza a abrir puertas en la UE en el afán de retroceder la justicia social y las políticas ambientales.
Entrevista La Poderío
Bethlehem Habboob “Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”
Bethlehem Habboob es una activista andaluzo-palestina. Junto al estudiantado, y gracias a las movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino en Gaza, han conseguido que la Universidad de Granada rompa sus relaciones académicas con Israel.