Cuidados
La 'uberización' de los cuidados en España

Mujer, asimilada, 48 horas a la semana por 1.88 euros la hora: Así es la uberización de los cuidados en España.

Uberizacion de los cuidados banner publicitario

En los últimos años, como consecuencia de la crisis económica, del uso masivo de las nuevas tecnologías y de la globalización de bienes y capitales, se está dando un cambio de paradigma en los modelos empresariales tradicionales caracterizado por la irrupción de nuevas empresas que operando en internet se hacen llamar “colaborativas”.

Los modelos productivos de esta supuesta economía colaborativa se basan en utilizar la tecnología en provecho propio, ya que gracias a ella, los denominados “usuarios” se pueden organizar para lograr un beneficio económico, productivo o cognitivo. Concretamente, las empresas de la economía colaborativa se definen como plataformas digitales innovadoras de intermediación entre personas (Uber, 2017).

Sin embargo, la colaboración en las relaciones de mercado no es para nada un concepto nuevo o innovador. Como reseña Belk (2009) las personas en todas las épocas históricas han compartido y han sobrevivido gracias a la repartición de bienes y cuidados y a la ayuda mutua. Antropológicamente hablando, compartir consigue reproducir las relaciones sociales y solidificar las prácticas culturales (Belk, 2009: 721). Ejemplo de tal situación es la vivida desde el inicio de la revolución industrial y que ha ido en aumento por las clases trabajadoras, las clases empobrecidas y las comunidades más racializadas, que han visto y ven en la solidaridad y en la colaboración la única manera de sobrevivir a la cada vez más creciente atrocidad de los mercados y del capital.  Sin embargo, el actual modelo de “colaboración” entre personas atiende a patrones diferentes a los que siempre se han dado.

A diferencia de la solidaridad de clase que se daba entre personas conocidas y pertenecientes a una misma red social –formada principalmente por vecinxs, amigxs, compañerxs y familiares–, los modelos de supuesta colaboración impulsados por empresas de la “órbita Uber” facilitan la conexión entre personas desconocidas entre sí, y sin ninguna conexión en común. Tal y como reseñan las sociólogas Frenken y Schor (2017) “las plataformas digitales pueden hacer que la compartición entre personas extrañas sea menos arriesgada y más atractiva debido a la obtención de información sobre los usuarios mediante el uso de calificaciones y reputaciones” (Frenken y Schor, 2017: 3). Asimismo, gracias al halo de ingenuidad y optimismo que rodea al concepto de cooperación, cada vez más empresas pujan por entrar dentro de la órbita de la economía colaborativa.

Al comienzo del surgimiento de estos “nuevos” modelos lucrativos los bienes a compartir a cambio de una prestación económica fueron principalmente los vehículos y las casas. Por ello, actualmente múltiples empresas –véase Blablacar, Uber, Cabify, AirBnB o HomeAway entre otras– simplemente conectando a unas personas dueñas de casas y coches con otras demandantes de dichos bienes, consiguen facturar a lo largo del año más de mil millones de Euros en todo el mundo (Owyang, 2018). Actualmente, tras 7 años desde la llegada a España de este tipo de empresas, el rango de bienes a “compartir” ha aumentado de manera exponencial, y hoy en día además de alquilar viviendas o coches, podemos alquilar materiales –véase Relendo–, guías locales sin licencia –véase Trip4Real–, barcos –véase Nautal–, reputación –véase Traity– o incluso las pedaladas de un joven precarizado que nos trae en menos de diez minutos una pizza a casa –véase Uber Eats, Deliveroo o Glovo entre otras–.

En principio los valores añadidos de este tipo de empresas son múltiples ya que pueden conseguir frenar el consumismo masivo de bienes (Benkler, 2004), reducir el impacto medioambiental generado por el transporte privado (Schor et al., 2016), potenciar el contacto social entre desconocidos o aportar un dinero extra a aquellas personas dispuestas a compartir sus bienes y su tiempo. Asimismo, al poner una serie de servicios a disposición de aquellas personas que voluntariamente quieran compartirlos, consigue generar una especie de espíritu autónomo y facultativo que favorece el consumo libre (Frenken y Schor, 2017: 4-5).No obstante, debido al fuerte impacto de la crisis, en múltiples casos este tipo de relaciones supuestamente libres y voluntariosas se ven truncadas por la necesidad de muchas personas empobrecidas dispuestas a trabajar por unos salarios realmente bajos (Schor y Attwood‐Charles, 2017:5) .

Recordemos que las libertades y las capacidades de decisión de las personas vienen determinadas por los derechos, pero sobre todo por la posición adquirida en la estructura social y por la capacidad de hacer frente a situaciones adversas. Por ello, el grado de libertad de un joven precarizado que se ve obligado a darse de alta de autónomo por menos de 5 Euros la hora pedaleando más de 15 kilómetros, no es el mismo que el del joven con solvencia económica que decide utilizar un servicio de entrega a domicilio por menos de 3 Euros para poder comer “japo” esa noche sin moverse del sofá. Tampoco comparten el mismo grado de emancipación el señor de 50 años que tras pasar un largo tiempo en la cola del paro se ve compelido a ponerse una corbata, subirse a su coche y realizar turnos de 12 horas recorriendo la ciudad, que el hombre de mediana edad, con estudios universitarios y un salario más que digno que quiere que le ofrezcan agua y un servicio personalizado mientras realiza un trayecto en vehículo privado a un restaurante caro de la ciudad. Asimismo, tampoco podemos hablar de trabajo “a libre disposición” si existe la obligación de estar unas determinadas horas del día dando un servicio determinado sin ni siquiera un salario mínimo establecido.

Por otro lado, cabe recordar que las empresas basadas en la “colaboración” consiguen enmascarar una relación laboral entre empresarios y trabajadores, convirtiendo las plataformas de compartición en el único medio de subsistencia para muchas personas y creando una situación de dependencia absoluta. Utilizando triquiñuelas legales, un léxico innovador –Ryder en vez de repartidor, usuario en vez de taxista o inquilino en vez de hotelero– y obras de ingeniería laboral, consiguen que los costes de producción de determinados servicios, que ya existían previamente, se reduzcan drásticamente. De esta manera, además de mermar las condiciones de ocupaciones tradicionales evadiendo impuestos y bajando radicalmente los salarios, consiguen hacer creer que son una herramienta necesaria para muchas personas que de otra manera no podrían acceder a determinados tipos de servicios.

Ejemplo de tal situación, pero aún más invisibilizada que el de las empresas de movilidad, de reparto a domicilio o de alquiler de viviendas, es el que se está dando en el sector de los cuidados. Si bien estos clásicamente habían sido provistos por familiares, profesionales y amistades –mayoritariamente mujeres en los tres casos–, actualmente, y al igual que en los casos antes nombrados, se está consiguiendo pasar a una órbita en la que personas desconocidas entre sí consiguen formalizar una relación de colaboración. Ejemplo de ellas son empresas como Aiudo, Family, Qida o Wayalia. Empresas que capitaneadas en su mayoría por unos pocos hombres blancos con un alto nivel educativo (Frenken y Schor, 2017) consiguen, sin tener a ninguna persona cuidadora en plantilla, saltarse las pocas e insuficientes leyes que protegen la situación laboral de muchas y muchos trabajadores alcanzando beneficios económicos inimaginables hace menos de una década. Alegando que ellos no son los que prestan los servicios, sino que su única labor consiste en poner en contacto a unas personas demandantes de servicios con otras ofertantes de los mismos, consiguen precarizar, sexualizar y racializar aún más el sector mientras se llevan una comisión. 

Imagen 1 oferta publicada por una empresa de la economía colaborativa
Imagen 1 oferta publicada por una empresa de la economía colaborativa

Cabe recordar que en España es ilegal racializar o sexualizar las ofertas de trabajo demandando únicamente a hombres o mujeres para cubrir una vacante. No obstante, este tipo de empresas excusándose en que no son ellas, sino las personas particulares las que eligen a los trabajadores, tienen licencia total para publicar ofertas en las que demandan mujeres migradas con unas capacidades –como la cocina tradicional española– que denotan claramente el origen deseado. Asimismo, argumentando que ellos no deciden las condiciones salariales y contractuales propuestas por las familias demandantes de servicios de cuidados, no tienen el más mínimo pudor de publicar ofertas de trabajo que exceden las 40 horas semanales y sin alcanzar siquiera el Salario Mínimo Interprofesional. Arguyendo que ellas no seleccionan para su empresa sino para particulares (personas físicas) que no están sujetos a las mismas restricciones que las empresas en los procesos de selección, consiguen abrir la veda y saltarse cualquier protección legal, por mínima que sea.

En definitiva, al igual que empresas como AirBnB que surgieron como alternativa a una oferta hotelera de precios desorbitados añadiendo el factor social a la experiencia de consumo, las plataformas de cuidadorxs que surgieron para facilitar el acceso a los cuidados, se han visto corrompidas por grandes fondos, han acaparado la oferta y han ajustado sus precios y tarifas a las del “libre mercado” eliminando el factor social de intercambio y precarizando aún más el sector. Sin duda, lo más lacerante y desgarrador no es tanto el giro radical, previsible en cualquier estructura capitalista, sino el discurso que dichas plataformas siguen manteniendo a día de hoy, simulando que contribuyen a la mejora de las personas mayores y dependientes y haciéndonos creer que forman parte de la economía social y cooperativa donde la calidad de vida y la dignidad de las personas trabajadoras se antepone al lucro económico.   

REFERENCIAS

Archivado en: Cuidados
Sobre este blog
Acercarse a la realidad política es aburrido y difícil. Nosotros le ponemos remedio. Política para todas y todos, a pie de calle. Formación y divulgación política.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cuidados
Darcy Lockman “Antes de los niños no hay mucho que hacer y la desigualdad se tolera más fácilmente”
La psicóloga explica con datos en ‘Toda la rabia’ por qué la crianza intensifica la desigualdad en las parejas pese a todos los incentivos para que los hombres cuiden.
Laboral
Derechos Laborales Las limpiadoras de la fábrica de San Miguel en Málaga, en huelga: “Eulen nos deja en la pobreza”
Las trabajadoras de limpieza industrial contratadas por Eulen en la fábrica de San Miguel en Málaga llevan varios días en Huelga ante una situación vulneración de sus derechos laborales.
#82844
18/2/2021 11:04

el problema es de auqel que no hace un contrato a su cuidadora, no de la empresas que lo hacen. Y si hay que cambiar la ley, el problema es del gobierno

0
0
#71462
7/10/2020 10:14

Después de leer el artículo detenidamente puedo decir que no se señala si una mejora de las que realmente necesita este sector. Empresas de economía colaborativa y plataformas digitales están muy metidas en otros sectores, el de los cuidados tiene otro problema tal y como han reflejado diferentes sentencias de los tribunales; aplicar iva reducido a empleados de hogar, empresas que cobran 1 mes de anticipado del salario de los cuidadores como la cruz azul, etc. Conozco este caso porque fui cliente y me sorprende que el autor no critique a las empresas que realizan mala praxis como la cruz azul

0
0
#67142
10/8/2020 16:54

Yo sería más crítico con este sector divulgativo que es, ciertamente, una uberización del periodismo donde cualquier autor puede escribir cualquier cosa sin documentarse o sin citar ninguna fuente. Despues de la crisis del COVID hemos visto todos como las residencias han sufrido y los cuidadores a domicilio han sostenido la situación. En definitiva, este artículo es una copia, de una copia, de una copia, de una copia.

1
0
#49165
14/3/2020 11:46

El autor dice "Empresas que capitaneadas en su mayoría por unos pocos hombres blancos" ¿A caso él no lo es?

0
0
Raúl Yague
28/4/2019 19:24

Creo que el autor es más crítico ideológico que realmente crítico técnico. Estas empresas son agencias de colocación y gestoras Online con un escrupuloso arreglo a la legislación laboral. Un contrato en el régimen especial de empleadas de hogar es legal, en ellos se Contempla la interinidad y el tiempo de presencia en domicilio no es un tiempo de trabajo. Esta ideología radical de izquierda donde todo lo flexible es malo, dejará sin una solución que millares de familias utilizan a diario. Espero que no tenga que necesitarla.

0
0
#26800
28/11/2018 7:42

¿Autónomos con contrato indefinido? Algo no cuadra

0
0
#26915
30/11/2018 14:42

Claro, porque no son autónomos, son empleados bajo el régimen especial de empleados de hogar.
En este régimen se permite que una parte nunca superior al 30% del SMI se abone como un pago en especie.
En el caso de las internas, ese 30% corresponde al alojamiento y la alimentación (manutención) que corre por parte del empleador. La figura de interna es la de predilección por inmigrantes que vienen a España a trabajar y envían, casi de forma íntegra, el dinero que ganan a sus países. El régimen de interna les permite minimizar sus gastos y por lo tanto tener una disponibilidad casi total de su salario. El autor habla de 1'88 € la hora porque presupone (intencionadamente o por desconocimiento) que las horas que la empleada/o pasa en el hogar son todas de trabajo efectivo, cuando no es cierto.
Los empleados internos trabajan 8 horas diarias, en ocasiones más, sí, no es falso que las familias a veces abusan de estos aprovechando su invisibilidad, pero en principio hacen de 8 a 12 horas (No más que cualquiera en una oficina)

2
0
#26779
27/11/2018 18:37

Soy abogado laboralista y veo que en las dos ofertas de trabajo de 2018 el salario neto está ajustado al que "se supone" que será SMI de 2019 (900€ brutos). Estas ofertas en las que se proporciona vivienda y manutención y que el trabajo no excede de 8 horas la jornada es perfectamente legal a día de hoy y supone una ayuda para muchas personas. Por otro lado, decir que emplear el género femenino para referirse a "personas cuidadoras" es sexista demuestra muy poco rigor por su parte. Dicho esto, me parece que este post está capitaneado por un hombre blanco con titulación universitaria, eso explica las faltas de ortografía.

5
2
#26775
27/11/2018 17:58

¿1.88 € la hora? ¿Puedes justifica esa cifra y cómo has llegado hasta ella?

3
1
#24155
8/10/2018 17:25

Esta economía 4.0 es más canibal que lo explotador que conocíamos hasta ahora.

2
4
Sobre este blog
Acercarse a la realidad política es aburrido y difícil. Nosotros le ponemos remedio. Política para todas y todos, a pie de calle. Formación y divulgación política.
Ver todas las entradas
Congreso de los Diputados
Congreso de los Diputados Los socios avisan que la paciencia se acaba y el PSOE anunciará medidas de regeneración democrática tras el 9J
En la jornada que el Congreso aprobó la Ley de Amnistía pasó desapercibido otro hecho: una PNL de ERC para exigir leyes al Ejecutivo para la mejora de la calidad democrática que cosechó apoyos de Sumar, Junts y PNV y hasta en algunos puntos del PP.
Ocupación israelí
Genocidio en Gaza La comunidad palestina demandará al Gobierno español por incumplir la Ley de Comercio de Armas
El Gobierno sigue sin romper las relaciones militares con Israel y sigue permitiendo el tránsito de armas por territorio español, denuncia la comunidad palestina de Catalunya, que llevará al Ejecutivo central a los tribunales.
Ocupación israelí
GENOCIDIO EN GAZA La UPV/EHU recibirá 4,2 millones por colaborar en nueve proyectos europeos con Israel
Hasta tres universidades, así como cuatro entidades gubernamentales de Israel, acompañan a la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea en iniciativas de la Unión Europea donde participan además empresas que contribuyen al genocidio.
Opinión
Opinión Frente el antisemitismo, Palestina libre
Los muros contra los, las y les otres, como el construido por Israel se erigen como hipérbole del miedo a la pérdida de control en el interior de cada cual y en el Estado.
Palestina
Palestina Mustafa Barghouti: “Tiene que haber un embargo militar inmediato contra Israel”
El líder de Iniciativa Nacional Palestina saluda el reconocimiento del Estado por parte de tres países europeos pero exige que los gobiernos tomen nota de las demandas de los pueblos que piden medidas de boicot para aislar al régimen de Netanyahu.
Urbanismo
medio ambiente El mar no espera: retrato de la regresión del litoral alicantino
La línea de costa mengua año tras año a causa de temporales marítimos y los estragos que generan diques, puertos, y espigones en las corrientes, que modifican la superficie arenosa.
Estados Unidos
Estados Unidos Trump es declarado culpable de 34 delitos, pero la condena no le impedirá presentarse en noviembre
El expresidente republicano hizo pagos a dos mujeres para encubrir sus relaciones sexuales y falsificó esos pagos en los documentos de su campaña presidencial de 2016. La sentencia será leída en julio.

Últimas

Especulación inmobiliaria
Gentrificación ¿Por qué se levanta Lavapiés?: “Esta manifestación es solo el principio”
El tejido social del barrio convoca la gran manifestación del 1 de junio para visibilizar la recuperación de la movilización vecinal y denunciar la turistificación, la destrucción de los servicios públicos o el racismo institucional
Educación infantil
Educación en Madrid Cierra una escuela infantil pública de Arganda por falta de personal
El centro, gestionado por la empresa Atreyu Blota Carto, cuenta con más del 45% del personal de baja y sin reposición de puestos. 170 familias llevan sin clase desde el jueves.
Ocupación israelí
Genocidio en Gaza El sonido de las bombas en Gaza irrumpe en las calles de Logroño
Una quincena de activistas acampados en la Universidad de La Rioja ha trasladado el sonido de las bombas que día a día resuenan en Gaza a las calles de Logroño
Violencia machista
Precariedad laboral Huelga de 24 horas en el servicio de atención a las víctimas de violencia machista en Madrid
Las trabajadoras denuncian que el problema, que ya provocó paros parciales y concentraciones, se enquista. Las trabajadoras de la red denuncian falta de personal, de medios y de alojamientos para atender a las mujeres y sus hijos e hijas.
Sanidad
Sanidad pública de gestión privada El Hospital del Vinalopó seguirá privatizado pese a las 15.000 firmas en contra
Este viernes 31 de mayo finaliza el plazo para que se inicien los trámites de reversión al sistema público que el gobierno de Mazón no activará pese a la ausencia de informes que avalen la prórroga de la concesión.
Más noticias
Palestina
Acampadas Universitarias Palestina “Hay que seguir dando pasos para hacerle sentir a Israel como nos sentimos nosotros: solos y abandonados”
Muawia y Juan, palestino e israelí, han encontrado en la acampada por Palestina de la Universidad de Jaén, un espacio de encuentro que difícilmente podrían tener en su tierra. Un lugar seguro para resistir conjuntamente los envites de la ocupación y
Ocupación israelí
Genocidio en Gaza Una acción de desobediencia civil en Sol pide la ruptura del Gobierno y las universidades con Israel
Estudiantes de la Acampada de Madrid por Palestina despliegan una pancarta gigante para exigir el fin de la colaboración con el gobierno y los centros universitarios israelíes.
Tratado de la Carta de la Energía
TCE Victoria de los activistas climáticos: la UE Sale del Tratado de la Carta de la Energía
VV.AA.
La salida del TCE se erige como un faro de esperanza y un testimonio del poder de nuestro activismo colectivo para moldear un mañana mejor.

Recomendadas

Literatura
Literatura Las escritoras de ‘clima ficción’ que llegan de América Latina
Autoras como Andrea Chapela, Clauda Aboaf, Adriana Bruno, Laura Ortiz o Silvia Moreno-García amplían los límites de la ciencia ficción o la fantasía en clave ecologista, decolonial y de memoria.
Política
Política El congreso aprueba la ley de Amnistía
Los 177 votos afirmativos dan luz verde a una de las leyes claves de la legislatura con la misma mayoría del bloque de la investidura.
Derecho a la vivienda
Abuso Policial Los 18 de la Macarena: cómo la violencia policial acabó con un proyecto para personas sin hogar
18 personas fueron detenidas y enviadas a prisión provisional en Sevilla en 2018 por la ocupación de viviendas para personas en situación de calle tras un desalojo mediado por la violencia policial. En julio se celebra el juicio contra los imputados.
Ocupación israelí
Ilán Pappé “Netanyahu y la extrema derecha israelí buscan una limpieza étnica en Gaza”
Este historiador israelí pone en duda que las presiones internacionales consigan frenar el genocidio aunque reconoce en conversación con El Salto que se está produciendo un cambio en la opinión pública mundial.