Análisis
Qué significan las acampadas de estudiantes en solidaridad con Gaza

La colaboración y complicidad de los gobiernos occidentales con Israel ante los crímenes que está cometiendo en Palestina han abierto una gran brecha entre instituciones y ciudadanía, y han puesto de manifiesto las contradicciones y límites del relato de Occidente sobre sí mismo.
estudiantes columbia palestina
Una escena del campamento reinstaurado en el campus de la Universidad de Columbia, varios días después de que la policía de Nueva York arrestara a los estudiantes y retirara el primer campamento. Wikimedia Commons
Analista y asesora de política internacional. Miembro de la Secretaría Internacional de Podemos.
30 abr 2024 06:00

Cuando los y las estudiantes de la Universidad de Columbia (Nueva York) plantaron sus tiendas de campaña en los terrenos del campus el pasado 17 de abril, probablemente no previeron todo lo que ocurriría después. Seguramente anticiparon algunas cuestiones estratégicas, comunicativas y logísticas; incluso manejaron la altísima probabilidad de que se produjeran algunos arrestos y los tacharan de ‘antisemitas’. Pero, como aquella treintena de personas que acamparon en la Puerta del Sol de Madrid un 15 de mayo de 2011, quizás no anticiparon la magnitud del movimiento que están inspirando y los cambios que esto podría precipitar.

Una marea de acampadas de solidaridad con Gaza (‘Gaza solidarity encampments’) recorre los campus de las principales universidades de Estados Unidos: desde Harvard, Yale o la NYU; pasando por las universidades de Michigan, Minnesota, California y decenas más. Ni la represión policial ni los centenares de arrestos ni los hostigamientos de las últimas semanas están logrando frenar el movimiento. Por el contrario, este crece cada día como una bola de nieve, sumando el apoyo de profesorado, empleados y empleadas de universidad, liderazgos políticos y personalidades de la cultura en solidaridad con el pueblo palestino. Las protestas han llegado a tener su eco en Europa, donde más de 200 estudiantes ocuparon el pasado viernes el campus de la Universidad de Science Po, en París. Francia es, junto a Alemania, uno de los países donde más ha aumentado la criminalización de la solidaridad con Palestina en toda Europa.

La intensidad de los disturbios en EEUU ha provocado que las universidades pasen a impartir muchas de sus clases en formato virtual hasta el final del semestre, cuando tienen lugar las ceremonias de graduación. Mientras tanto, los y las estudiantes y profesoras movilizadas, muchas de ellas musulmanas, judías y/o racializadas, se exponen a la apertura de expedientes, expulsiones y detenciones con cargos de hasta 3er grado, como el que afronta una estudiante palestina de la City University de New York (CUNY) por utilizar pintura de tiza lavable sobre propiedad pública, según denunció el grupo estudiantil de la acampada en su cuenta de instagram (@cunygse) el pasado sábado.

Quienes acampan en las universidades han entendido que esto también va de ellos y ellas mismas; de sus comunidades y colectivos; de las personas marginadas y excluidas en sus propias sociedades

En el centro de la cuestión está el genocidio en Gaza y la solidaridad internacional con el pueblo palestino, y así lo están manifestando los estudiantes. Pero también han entendido que esto va mucho más allá de Palestina: esto también va de ellos y ellas mismas; de sus comunidades y colectivos; de las personas marginadas y excluidas en sus propias sociedades. Primero por una cuestión muy material: la conexión de Israel con innumerables gobiernos —más o menos democráticos o autoritarios— y aparatos represores en todo el mundo. Israel es un centro fundamental de producción y abastecimiento de armas, tecnología y know how para la represión y criminalización de la protesta a nivel mundial. Especializado en el desarrollo de la más avanzada tecnología militar, exporta ingentes cantidades de armamento ‘de probada eficacia en combate’ a gobiernos del mundo entero. Esto incluye drones e inteligencia artificial que son utilizados por esos mismos gobiernos para perseguir activistas y hacer perfiles raciales; así como softwares de espionaje como el ya conocido Pegasus.

Por otro lado, el nivel de represión con el que están reaccionando las instituciones en EEUU —y también en Europa— responde a uno de los grandes efectos producidos por el 7 de octubre en la arena geopolítica mundial: y es una disputa ideológica abierta contra la hegemonía cultural occidental. La colaboración y complicidad de los gobiernos occidentales con Israel ante los crímenes que está cometiendo en Palestina han abierto una gran brecha entre instituciones y ciudadanía, y han puesto de manifiesto las contradicciones y límites del relato de Occidente sobre sí mismo. Las protestas del movimiento estudiantil en solidaridad con Gaza son un claro ejemplo de lucha contrahegemónica de nuestro tiempo que está poniendo en riesgo la ‘legitimidad’ o consentimiento de nuestras sociedades necesario para sostener la hegemonía occidental. Eso explica la oleada criminalizadora de la solidaridad con Palestina y la intensidad con la que los gobiernos occidentales pretenden silenciarla.

A pesar de ello, los estudiantes se muestran tenaces. Reclaman un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza, el corte de los vínculos financieros y la colaboración de sus universidades con Israel y con las empresas que están apoyando el genocidio, así como la protección de las estudiantes detenidas y de la libertad de expresión. Mientras tanto, se han podido oír declaraciones como las del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, quien planteó públicamente que planeaba llamar al presidente Biden para exigir acciones contra las movilizaciones, incluido un plan para una posible movilización de la Guardia Nacional.

Las protestas estallaron al tiempo que, del lado oriental del Mediterráneo, se producía el intercambio de represalias entre Irán e Israel tras el ataque israelí a la Embajada de Irán en Damasco el primer día de abril. La tensión vivida durante casi todo este mes de abril hizo temer una escalada regional y logró desviar la atención de la ofensiva y el asedio israelí sobre Gaza. Las movilizaciones estudiantiles han vuelto a poner el foco sobre un genocidio que ya se ha cobrado la vida de casi 42 mil personas —incluyendo las desaparecidas— y por el que unas 78 mil han sido heridas. Pero no han logrado frenar la aprobación por parte del gobierno de Biden de un nuevo paquete de ayuda que incluía unos 17 mil millones de dólares para Israel, quien ya está acumulando sus tanques en la frontera con Rafah y amenazando con atacar la zona sur de la Franja.

Un movimiento estudiantil, incipiente y diverso, inspirado en las luchas estudiantiles que lo precedieron, está siendo reprimido con las armas que un día, probablemente, fueron empleadas para reprimir a los y las palestinas

Es difícil mirar estos hechos y no rememorar otros momentos históricos encabezados por el movimiento estudiantil, como el de Mayo del 68 o las protestas contra la guerra de Vietnam que se gestaron durante los 60 y 70 en Estados Unidos. Entonces los estudiantes quemaban sus cartillas militares en rechazo al reclutamiento y a la guerra misma. Hoy el ejército estadounidense está formado por profesionales de la guerra cualificados, muchos de ellos adiestrados por el ejército israelí. Y un movimiento estudiantil, incipiente y diverso, inspirado en las luchas estudiantiles que lo precedieron, está siendo reprimido con las armas que un día, probablemente, fueron empleadas para reprimir a los y las palestinas.

Si bien es cierto que el número de manifestaciones por Palestina —o la presencia ciudadana en las mismas— se ha visto reducida respecto al tirón de los primeros meses, también lo es que el movimiento internacional de solidaridad sigue muy presente y ganando peso gradualmente. Cada vez son más las personas en todo el mundo que son conscientes de que lo que se está dirimiendo en Palestina es un asunto que implica a toda la humanidad. Por lo que es verdad eso de que Palestina está enseñando una gran lección al mundo: y es hasta qué punto la lucha del pueblo palestino está interconectada con el resto de luchas de los pueblos y colectivos oprimidos del mundo. Eso es, precisamente, lo que refleja la consigna ‘Palestine will free us all’ (Palestina nos liberará a todos/as). Los y las estudiantes movilizadas en EEUU son, quizás, quienes mejor lo han entendido. Y muchas de las personas que vivieron aquel 15 de mayo de 2011 en España quizás hoy estén rememorando aquella lucha, y otras muchas estén preguntándose: ¿llegará el eco de las protestas estudiantiles a este país? La acampada iniciada en la Universidad de Valencia en la tarde de ayer 29 de abril parece ser la primera respuesta.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Genocidio
Corte Internacional de Justicia España participará en el proceso por genocidio contra Israel en La Haya
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, señala que “para que la paz regrese a Gaza y Oriente Medio es imprescindible que todos apoyemos al Tribunal y que se respeten sus medidas cautelares”.
Genocidio
Genocidio en Gaza Un nuevo ataque de Israel a una escuela de la UNRWA en Gaza causa decenas de muertos
Al menos 35 muertos y varias decenas de heridos en un ataque israelí contra una escuela de la UNRWA en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza.
Genocidio
Baleares El Ayuntamiento de Palma prohíbe una conferencia a favor de Palestina
El Partido Popular deniega a Ciutadans per Palestina el espacio en el que en enero habló el defensor del genocidio en Gaza, Francisco Gil-White.
Unión Europea
Unión Europea La extrema derecha impone su visión de las migraciones en unas elecciones presididas por el miedo
Los discursos antimigración han protagonizado la campaña en toda la Unión Europea. El Partido Popular de Manfred Weber y Ursula Von der Leyen ha marcado el tempo de sus sucursales nacionales, incluyendo al PP de Feijóo.
Ecología
Ecologismo Las dos caras de Teresa Ribera
La vicepresidenta tercera del Gobierno es la número uno en la papeleta del PSOE para las elecciones europeas.
Lobbies
Lobbies Atlas Network, el think tank ultraliberal que gana terreno en la UE de la mano de la agenda anticlimática
Una investigación de un laboratorio de control corporativo francés revela que una poderosa asociación global de lobistas libertarios empieza a abrir puertas en la UE en el afán de retroceder la justicia social y las políticas ambientales.
Palestina
Genocidio Israel mata a más de 200 personas para liberar a cuatro rehenes
El Estado sionista prosigue con el genocidio en Gaza, atacando campos de refugiados en el centro de la Franja y colapsando hospitales. Tras ocho meses de genocidio, solo hay 15 centros sanitarios parcialmente activos y cinco de campaña.
Artes escénicas
Artes escénicas Las violaciones de Lucrecia: el legado del #MeToo en el teatro
Cuatro siglos después, Lucrecia responde a Shakespeare no con refinadas rimas reales, sino con la dura prosa del testimonio escénico. En el teatro se multiplican las Lucrecias de carne y hueso que cuentan su historia en todos los formatos posibles.

Últimas

Sidecar
Sidecar Mauritania, Mali: guerra y crisis de refugiados en el Sahel
En los últimos meses las tensiones internacionales en Mauritania han amenazado con desbordarse. El origen de las mismas es el colapso de la indisputada hegemonía occidental en el Sahel.
La vida y ya
La vida y ya Preguntas no hechas
No me atreví nunca a preguntarles qué había dentro de la frase “no hay nada peor que una guerra y una posguerra”.
Desigualdad
Solidaritat Aprenentatge entre iguals per a garantir el dret a l'alimentació
Justícia Alimentària i ACOEC continuen per tercer any consecutiu amb el seu projecte Entre Iguales. Aquest projecte impulsa la formació de líders comunitàries per fomentar el dret a l’alimentació a la ciutat de València.
Energías renovables
Renovables sí pero no así Marcha multitudinaria en Granada exigiendo “renovables sí, pero no así”
Colectivos sociales de distintas comarcas de Almería y Granada reivindican “parar y reformular” el modelo especulativo y extractivista actual con graves consecuencias en los territorios que pronto no tendrá “marcha atrás”.
Entrevista La Poderío
Bethlehem Habboob “Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”
Bethlehem Habboob es una activista andaluzo-palestina. Junto al estudiantado, y gracias a las movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino en Gaza, han conseguido que la Universidad de Granada rompa sus relaciones académicas con Israel.
Más noticias
Elecciones
Elecciones europeas Lo verde ya no cotiza al alza: la difícil campaña en Europa para los ecologistas
El grupo de los verdes podría perder en estas elecciones europeas un tercio de sus eurodiputados y pasar de cuarta a sexta fuerza en el Parlamento Europeo.
Italia
Italia Meloni proyecta su modelo ultraderechista sobre Europa
Todas las encuestas indican que Hermanos de Italia se impondrá en las elecciones a la Eurocámara con un 27% de los votos. Su líder se presenta como cabeza de lista en los comicios, aunque renunciará a su acta.
Deportes
Escalada Escalada libre de gordofobia y violencias, ¿es posible?
Desde los trastornos alimentarios que afectan a las profesionales hasta las miradas críticas que impiden que personas nuevas en el deporte se inicien. ¿Qué se puede hacer para que la escalada se llene de cuerpos diversos?
Desokupa
Fascismos La denuncia contra Llados y el lavado de cara de la ultraderecha
Es indignante cómo en muchísimos medios de comunicación se ha hablado de la denuncia obviando ese pequeño dato de que son fuerzas fascistas las que la llevan adelante.

Recomendadas

Migración
Migraciones Hein de Haas: “Hay que hablar menos de inmigración y más de los problemas socioeconómicos”
El libro 'Los mitos sobre la inmigración' (Península), de Hein de Haas, pretende los prejuicios que asfixian el debate e impiden emprender políticas migratorias coherentes y humanas.
Unión Europea
Elecciones para el Parlamento Europeo Manu Pineda: “La Unión Europea ya no puede ocultar su rostro más autoritario y belicista”
Número 4 de Sumar para las elecciones del 9 de junio, Pineda lleva desde 2019 ejerciendo como eurodiputado, tras formar parte de las listas de Unidas Podemos. Integrante de IU y el PCE, denuncia la complicidad de la UE con el genocidio sionista.
Elecciones
Elecciones europeas Serigne Mbaye: “Si llego, voy a estar en el Parlamento y en la calle. Si no llego, sigo a pie de calle”
El exdiputado madrileño se presenta en las elecciones europeas en el puesto número cuatro en la lista de Podemos. En esta entrevista habla de los cambios que están teniendo lugar en Senegal, su país de origen.