Análisis
Palestina: combatir la geopolítica imperialista

De forma cada vez más explícita, medios de comunicación y dirigentes políticos israelíes llaman a la limpieza étnica, a vaciar definitivamente Gaza de población palestina, a anexionar el territorio, y, en definitiva, a desencadenar una segunda Nakba.
OMAL-Paz con Dignidad
16 nov 2023 06:45

Hace ya más de un mes que el Estado de Israel inició su implacable ofensiva contra la franja de Gaza. Hasta el momento, estando ya en marcha una incursión terrestre reiteradamente anunciada y postergada, más de 9.000 personas han sido asesinadas bajo los bombardeos, muchas de ellas niñas. De forma cada vez más explícita, medios de comunicación y dirigentes políticos israelíes llaman a la limpieza étnica, a vaciar definitivamente Gaza de población palestina, a anexionar el territorio, y, en definitiva, a desencadenar una segunda Nakba. Desde el primer momento ha estado sobre la mesa el traslado masivo de personas en calidad de refugiadas a la península del Sinaí, en Egipto. Y, en este contexto endiablado, la escalada del conflicto, tanto a nivel interno como del conjunto de la región, es un riesgo objetivo.

Los medios corporativos se vienen adscribiendo disciplinadamente a un relato que reduce el conflicto a claves identitarias o religiosas, caracterizando a las organizaciones palestinas como una suerte de yihadismo estilo ISIS, apelando una retórica antiterrorista y “civilizadora” y aferrándose a la mitología de la guerra “Israel-Hamás”. Israel sería un puesto de avanzada del Occidente ilustrado en un territorio “por civilizar”. Ante esta lectura torticera, se ha ido posicionando cada vez con más fuerza una mirada alternativa, defendida históricamente por el movimiento de liberación palestino y por el internacionalismo solidario, consistente en: que Palestina es un territorio a descolonizar; que el régimen impuesto por el Estado de Israel no es únicamente de ocupación, sino que en su despliegue impone además un violento apartheid sobre la población palestina; que la clave principal de la confrontación es nacional y antiimperialista, es decir, que gira en torno a los derechos nacionales palestinos. La lectura de la parte oprimida avanza, pues, de forma notable en la opinión pública mundial, pasando por encima de la propaganda sionista.

“¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué “nuestros” dirigentes se alinean tan afanosamente con Israel en un conflicto que aparentemente no nos atañe directamente?”

En el marco de esta enconada pugna de relatos, se está abriendo una enorme brecha entre los sectores populares y los liderazgos institucionales de Europa y Estados Unidos. En Euskal Herria llevamos cuatro fines de semana consecutivos llenando las calles, y así está siendo en otras muchas localidades europeas, en una oleada emancipatoria que ya adquiere dimensiones globales.

Mientras esto ocurre, Ursula Von der Leyen, Joe Biden o Rishi Sunak viajan en procesión a Israel para avalar políticamente al gobierno de Netanyahu en esta operación de naturaleza abiertamente genocida. Otros, como el gobierno español (que ocupa, además, la Presidencia semestral del Consejo de la Unión), van modulando posición a cada paso con el fin de no situarse radicalmente en contra del estado de ánimo pro-palestino que domina las calles, pero sin promover frente al Gobierno israelí ninguna limitación, condición o medida de fuerza (diplomática, comercial o de cualquier otro tipo) y, por tanto, ofreciendo de facto un sostén político al genocidio. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué “nuestros” dirigentes se alinean tan afanosamente con Israel en un conflicto que aparentemente no nos atañe directamente?

Antimilitarismo
Análisis Apocalipsis ahora
Ramala, Mariupol o Gaza son episodios del mismo culebrón militarista mortalmente representado desde hace un siglo. Hoy Gaza evoca al lazo del ahorcado en el que se cuelga la conciencia y la decencia de la Europa “civilizada y democrática”.

Lo cierto es que esto no es algo nuevo, sino el fruto de una continuidad histórica coherente. Así fue, con altibajos, durante la Guerra Fría. También durante el periodo de negociación e implementación de unos Acuerdos de Oslo que se tornaron una trampa contra el pueblo palestino, gozando Israel del posicionamiento favorable a sus intereses de las potencias centrales, incluso cuando emprendió su estrategia de incumplimiento sistemático (en materia de asentamientos, por ejemplo). En los últimos años, la caída relativa de la intensidad del enfrentamiento militar ha llevado a que el régimen de ocupación y apartheid israelí se haya cubierto de un cierto halo de “normalización”, durante la cual estas potencias no han movido un dedo para mejorar el statu quo del pueblo palestino, trabajando permanentemente para consolidar la posición internacional de Israel. La lealtad proisraelí de Occidente es, pues, sistemática e histórica.

Aumento de la agresividad

Pero desde el 7 de octubre estamos viendo cómo las autoridades europeas y estadounidenses realizan manifestaciones públicas más agresivas, evidentes y explícitas en favor de Israel. Lo que hasta hace no tanto era un lenguaje exclusivo de los “halcones” más belicistas, se va convirtiendo en la medida del discurso oficial. Así, aunque la dimensión de la masacre sea cada vez más insoportable, aunque la retórica israelí asuma formas explícitamente genocidas y supremacistas, Macron o Schultz persisten en su defensa numantina, sin matizar lo más mínimo su discurso, escudándose en el mantra tramposo del “derecho de Israel a defenderse”, aunque el clamor social de sus propias poblaciones sea cada vez más partidario de un pueblo palestino bajo asedio. Es decir, el hilo histórico sigue su curso, pero las contradicciones derivadas del mismo van en aumento.

“Israel es, en el actual contexto de vorágine geopolítica, una de las principales posiciones del bloque euro-estadounidense en una región absolutamente estratégica”.

Hay varios factores que pueden explicar en parte este alineamiento. Habitualmente se mencionan con especial profusión la fuerza del lobby proisraelí en EE. UU., o el histórico complejo de culpa de Alemania respecto a las comunidades judías, por ejemplo. Es innegable que este tipo de elementos causales juegan un determinado rol. Pero son claramente insuficientes para explicar el descarado apoyo occidental al comportamiento de Israel que estamos viendo estos días.

En este sentido, hay una clave de primer orden que explica esta realidad de manera mucha más global y omnicomprensiva, que emerge con fuerza en la actual coyuntura crítica, y que de hecho determina todos los demás factores explicativos que puedan existir: Israel es, en el actual contexto de vorágine geopolítica, una de las principales posiciones del bloque euro-estadounidense en una región absolutamente estratégica. Hablando en plata, Israel es el representante más destacado de las potencias centrales del sistema-mundo capitalista (es decir, EE. UU. y la Unión Europea) en Oriente Próximo. En este sentido, hablamos de un actor que juega, desde su misma génesis histórica, un rol abiertamente imperialista en la región, implementado además bajo una férrea disciplina. Esto no significa, claro está, que Israel no tenga agencia y agenda propias, sino que las dinámicas respectivas –las de Israel y las de las potencias centrales– son funcionales entre sí y comparten en gran medida objetivos estratégicos. Al fin y al cabo, la política de alianzas de EE. UU. y la Unión Europea en la zona pivotan en torno a Israel, que a su vez depende para su supervivencia de un irrestricto apoyo occidental.

“En un mundo en crisis, en el que las posiciones de compromiso y los puntos intermedios tienen cada vez menos cabida, la UE (y, por supuesto, unos EE. UU. acostumbrados a ejercer un hard power imperialista) apoyan firmemente a su bando, caiga quien caiga”

Esta articulación imperialista tiene implicaciones concretas en el contexto actual, que explican en parte la actitud especialmente agresiva de las autoridades europeas y estadounidenses. Y es que la complejidad y volatilidad de la actual coyuntura geopolítica parece no ser pasajera, sino que se está convirtiendo en una suerte de nueva normalidad internacional. Así lo acreditan tanto tendencias de largo alcance como estallidos localizados cada vez más habituales: el auge de los BRICS, el declive de la hegemonía global de Europa y EE. UU., la competencia comercial, tecnológica y militar con China, el repunte de las tensiones en Taiwan, la reciente expulsión de Francia de sus posiciones poscoloniales en África occidental, la guerra de Ucrania, y muchos otros ejemplos.

Todo ello en un marco general de crisis orgánica de rentabilidad del capitalismo, crisis energética y avance de la emergencia climática. En este contexto, y viendo comprometida su posición política, económica, corporativa, militar, cultural, las potencias centrales intervienen en el escenario internacional de forma cada vez más agresiva para mantener sus posiciones hegemónicas, para preservar, consolidar y ampliar esferas de influencia a nivel mundial. Y en el caso de Oriente Próximo, esto implica aferrarse con todo a esa alianza estratégica con Israel, reforzando una posición sucursalista que opera en beneficio de las potencias centrales. Aunque eso suponga avalar políticamente un genocidio televisado a nivel global. En un mundo en crisis, en el que las posiciones de compromiso y los puntos intermedios tienen cada vez menos cabida, la Unión Europea (y, por supuesto, unos EE. UU. mucho más acostumbrados a ejercer un hard power imperialista) apoyan firmemente a su bando, caiga quien caiga.

Países emergentes
EMERGENTES ¿Qué puede suponer la expansión de los BRICS para la economía y hegemonía global?
El club de los países emergentes ha adherido a seis nuevos miembros y pretende presentarse como una alternativa al dominio occidental liderado por Estados Unidos y el dólar

En este contexto cada vez más conflictivo, Israel juega un papel relevante en la pugna abierta por el bloque euro-estadounidense con China, por ejemplo. Así, no es casual que el Corredor India–Oriente Próximo–Europa (IMEC, por sus siglas en inglés) anunciado por Biden en la cumbre del G-20 del pasado verano, transite por Israel y tenga en el puerto de Haifa una de sus paradas estratégicas. En la tarea de hacer frente a la Nueva Ruta de la Seda, Israel está alineado en última instancia con las potencias centrales (más allá de que los vínculos económicos China-Israel hayan crecido de forma significativa en los últimos años, incluyendo la avanzada de negociaciones para la conclusión de un TLC), y así ocurre con tantas otras claves internacionales. En definitiva, el vínculo entre Israel y el bloque de poder que conforman Europa y EE. UU. es una razón estructural que explica toda una serie de lógicas con gran carga de profundidad, incluidas las actuales tomas de posición occidentales respecto a la masacre sobre Gaza.

El trabajo del movimiento popular debe comenzar en casa

De todo esto se derivan deberes específicos para el movimiento popular internacionalista a nivel europeo. No estamos ante circunstancias trágicas que ocurren fuera de nuestro ámbito de influencia y responsabilidad, sino ante una masacre que se está produciendo a causa de nuestra propia geopolítica. No somos simples testigos que miran desde fuera, sino partícipes de forma activa y directa. La posición de Israel es la posición de la Unión Europea y, por tanto, lo que haga Israel para mantener esa posición –genocidio y limpieza étnica, en este caso–, nos incumbe y compromete también a los pueblos europeos. El actuar colonial de Israel con respecto al pueblo palestino es una expresión directa de la proyección imperial de Europa y EE. UU. Israel es (somos) la propia UE, actuando en esa región en el marco de la competencia por la hegemonía global. Por eso los pueblos europeos tenemos una responsabilidad directa: primero, para detener la masacre; segundo, para impulsar una solución democrática (es decir, promover la descolonización total de Palestina y desactivar la arquitectura supremacista de Israel). Como explicábamos en este informe, la dinámica internacionalista más eficaz consiste en combatir, cortocircuitar y contrarrestar en nuestra propia casa nuestras propias lógicas y agentes colonial-imperiales hacia el exterior.

“No hacer lo suficiente para frenar la masacre, de forma consciente y calculada, es complicidad. La única vía que hoy puede llegar a ser eficaz para alcanzar ese objetivo mínimo pasa por promover el aislamiento y la condena internacional de Israel”.

En este sentido, y ante la situación de emergencia provocada por la ofensiva israelí, un objetivo inmediato, ineludible e impostergable es sin duda atajar la masacre. Es evidente que los mensajes que están enviando las autoridades europeas y estadounidenses (solicitando “pausas” en los bombardeos y corredores humanitarios, exigiendo retóricamente esfuerzos para reducir las muertes de civiles...) no son suficientes para alcanzar ese objetivo. Es más, tales autoridades son perfectamente conscientes de ello, por lo que su postura supone de facto un aval político a la actuación de Israel. No hacer lo suficiente para frenar la masacre, de forma consciente y calculada, es complicidad. Por eso, la única vía que hoy puede llegar a ser eficaz para alcanzar ese objetivo mínimo pasa por promover el aislamiento y la firme condena internacional de Israel. Sólo bajo la amenaza real del ostracismo internacional se puede llegar a detener el genocidio en curso.

“Una tarea prioritaria del movimiento popular es sistematizar la presión para que las instituciones rompan con Israel. Comenzando por las Diputaciones, pasando por los gobiernos autonómicos (la CAV y la CFN), siguiendo con el Gobierno español"

Por lo tanto, una tarea prioritaria del movimiento popular pasa por sistematizar la presión, cada cual en su ámbito, para que las instituciones políticas respectivas rompan relaciones con Israel. Es decir, comenzando por las Diputaciones Forales, pasando por los gobiernos autonómicos de la CAV y la CFN, siguiendo por el Gobierno del Estado español, hasta llegar a las instituciones de la Unión Europea, impulsar y promover la suspensión de relaciones diplomáticas, como han hecho Bolivia, Colombia y Chile entre otros. La movilización callejera y la fuerza popular son imprescindibles para ello, ya que las autoridades gobernantes actualmente en cada uno de estos niveles no lo harán en ningún caso por iniciativa propia, dado que supondría poner en jaque una alianza geopolítica firme.

Más allá de esto –y sumando a ese objetivo inmediato una mirada más integral, que pasa por forzar esa salida democrática de descolonización de Palestina–, es indispensable impulsar, cada cual en su territorio, iniciativas encaminadas a desactivar todos y cada uno de los instrumentos que dan forma orgánica a las relaciones y vínculos de nuestras instituciones con el Estado de Israel. A todos los niveles y en todos los ámbitos: comenzando por la Unión Europea y el Acuerdo Euro-mediterráneo de Asociación actualmente en vigor, hasta el Convenio suscrito en 2018 por la Diputación Foral de Bizkaia con la aceleradora empresarial israelí Sosa. Pasando por las empresas radicadas en nuestro territorio y dedicadas al comercio armamentístico con Israel, o que operan en los territorios ocupados (como la empresa vasca de ferrocarriles CAF), etc. Todas ellas son ejemplos de relaciones y vínculos que deben ser puestos en jaque desde el movimiento popular en aras de forzar tanto la inmediata detención de la masacre como de impulsar la necesaria salida democrática, el ejercicio del derecho de autodeterminación por parte del pueblo palestino.

En definitiva, la principal tarea a desplegar desde el internacionalismo hoy es situarse al lado del pueblo palestino cortocircuitando nuestra propia geopolítica imperialista. Para ello, hay que seguir en las calles.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Israel
Crisis de gobierno en Israel Gantz sale del Gobierno de Netanyahu, el genocidio sigue
Las grietas en el gobierno de guerra de Netanyahu no comprometen la continuidad de la campaña contra Gaza, espoleada por el reciente rescate de tres de los cautivos israelís en medio de un baño de sangre en el campo de refugiados de Nuseirat.
Justicia
Derecho internacional Qué implica y qué no la participación de España en el juicio que conduce Sudáfrica contra Israel
El Ministerio de Exteriores no ha especificado qué elementos concretos contendrá su solicitud de intervención en el proceso de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Genocidio
Genocidio en Gaza Un nuevo ataque de Israel a una escuela de la UNRWA en Gaza causa decenas de muertos
Al menos 35 muertos y varias decenas de heridos en un ataque israelí contra una escuela de la UNRWA en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza.
Elecciones
Elecciones europeas Yolanda Díaz deja sus cargos orgánicos de Sumar tras el descalabro de las europeas
Los malos resultados de Sumar en la noche electoral del 9 de junio llevan a la líder de Sumar a dejar todos sus cargos en el partido. Seguirá como vicepresidenta del Gobierno.
Elecciones
Elecciones europeas Derrota suave del PSOE en unas elecciones en las que la derecha obtiene la mayoría
PP, Vox y Se Acabó la Fiesta han obtenido conjuntamente 31 diputados, uno más que el bloque de la investidura de noviembre. El PSOE cae 2,6% puntos respecto a las elecciones de 2019.
Extrema derecha
Elecciones Europeas La extrema derecha escala posiciones en Europa y gana en Austria, Italia y Francia
El voto ultra crece en la Unión Europea y se convierte en la segunda opción favorita tras el grupo popular europeo. Uno de cada cuatro eurodiputados serán de extrema derecha.
Extrema derecha
Extrema derecha Un paso más hacia la normalización de la extrema derecha
Más que un “antes y un después”, estas elecciones suponen un nuevo capítulo en la progresiva integración de la ultraderecha en la política europea.
Elecciones
Elecciones La fiesta de Alvise Pérez acaba de empezar (y se mantendrá alejada de los juzgados)
El agitador ultra alcanza su objetivo de conseguir el aforamiento judicial para entorpecer sus causas penales pendientes. En la actualidad, se enfrenta a dos procesos judiciales.
Derecho a la vivienda
Barcelona El Bloc Tarragona y otros cinco edificios se revuelven contra los desalojos, el mobbing y los pisos turísticos
Más de 70 hogares en seis bloques de Barcelona se enfrentan a los desahucios, los aumentos del precio del alquiler y los problemas de convivencia que traen los pisos turísticos.
Tribuna
Tribuna Antigitanismo al desnudo: la silla vacía en el Parlamento Europeo
Doce millones de personas de la UE ven vulnerado el derecho fundamental más elemental en democracia: el derecho a la representación política.
Elecciones
Elecciones Podemos supera a Sumar en Catalunya, pero pierde en el resto de territorios
Las fuerzas que en 2019 estaban bajo la marca Podemos IU han perdido más de 800.000 votos en estos cinco años. Sumar aguanta gracias a Compromís y gana a su rival con solvencia también en Andalucía y Asturias.
Unión Europea
Elecciones La antifascista italiana Ilaria Salis obtiene escaño y libertad, gracias a la inmunidad parlamentaria
Lleva 15 meses de encarcelamiento y arresto domiciliario tras ser acusada en Hungría de agresión y conspiración criminal por, supuestamente, atacar a manifestantes de extrema derecha durante una protesta neonazi.
Elecciones
Elecciones Europeas En las elecciones europeas gana la abstención
En España la abstención se sitúa en un 50,78% en estas elecciones europeas de 2024. En el conjunto de los países miembros, solo once superan el 50% en porcentaje de participación.

Últimas

Comunidad El Salto
Comunidad El Salto Las cuentas de El Salto 2023-2024: cada vez más, un gran medio financiado por la gente
El Salto supera el millón de euros anuales de ingresos y aumenta su plantilla hasta llegar a las 28 personas empleadas. Todo eso con criterios éticos de financiación, funcionamiento horizontal y una cooperativa de propiedad colectiva.
Unión Europea
Elecciones EH Bildu consigue ser la fuerza más votada en el País Vasco mientras el PNV se hunde y pierde el 51% de votos
El PSE fue el otro ganador de la noche, situándose como segunda fuerza política. Sumar supera ligeramente a Podemos y el espacio político de la izquierda confederal pierde la mitad de los votos de 2019.
Elecciones
Elecciones Europeas Los soberanismos de izquierda resisten y se imponen a una izquierda federal fracturada
La coalición de ERC, EH Bidlu, BNG y Ara Més aguantan la debacle de la izquierda catalana con el refuerzo del nacionalismo en Euskadi, Galicia e Islas Baleares. A pesar de perder 395.639 votos, mantendrán sus tres escaños en el Parlamento europeo.
Análisis
Análisis Alemania gira a la derecha
En un contexto europeo de ascenso de los partidos de extrema derecha, Alternativa por Alemania recaba el apoyo de un tercio del electorado de rentas bajas e incrementa su voto joven, mientras la coalición gobernante sufre un rapapolvo electoral.
Europa
Elecciones Europeas Juanma Moreno, el yerno perfecto, quiere saber alemán
El PP gana por primera vez las elecciones europeas en Andalucía, un territorio donde más de la mitad del censo electoral no ha ido a votar este domingo y una de las regiones europeas donde reinan las políticas de sacrificio.
Más noticias
Opinión
Opinión La ultraderecha está muy fuerte y todo mal
No se trata de no intentar entender, se trata de que entender no paralice. No convertir los afinados diagnósticos en el sudario de cualquier energía política.
Crisis climática
Lavado de imagen Ecologistas, librerías, autores y dinosaurios critican el patrocinio de Repsol en la Feria del Libro
Una campaña denuncia la doble cara de Repsol en la Feria del Libro de Madrid, donde se presenta como proveedor de energía renovable mientras sigue siendo la empresa más contaminante de España.
Israel
Crisis de gobierno en Israel Gantz sale del Gobierno de Netanyahu, el genocidio sigue
Las grietas en el gobierno de guerra de Netanyahu no comprometen la continuidad de la campaña contra Gaza, espoleada por el reciente rescate de tres de los cautivos israelís en medio de un baño de sangre en el campo de refugiados de Nuseirat.
Sidecar
Sidecar Lituania en tiempos de guerra
Mientras el gobierno lituano da la bienvenida a una presencia militar alemana «permanente» en el suelo nacional, sigue erosionando el sentimiento de soberanía que muchos lituanos ansían.

Recomendadas

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN Los retos del zapatismo hoy: cárteles, gobierno y militarización
En el tercer artículo de la serie de “30 años del levantamiento del EZLN”, el autor hace un recuento de la extraordinaria militarización de Chiapas y de cómo la narcoviolencia se hizo presente en este Estado del sureste mexicano
Estados Unidos
Keeanga-Yamahtta Taylor “La vivienda es un tema extremadamente político”
La profesora universitaria Keeanga-Yamahtta Taylor considera que la falta de una regulación eficaz en materia de vivienda en Estados Unidos obedece a la gran influencia del capital privado en las decisiones del gobierno.
Lobbies
Lobbies Atlas Network, el think tank ultraliberal que gana terreno en la UE de la mano de la agenda anticlimática
Una investigación de un laboratorio de control corporativo francés revela que una poderosa asociación global de lobistas libertarios empieza a abrir puertas en la UE en el afán de retroceder la justicia social y las políticas ambientales.
Entrevista La Poderío
Bethlehem Habboob “Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”
Bethlehem Habboob es una activista andaluzo-palestina. Junto al estudiantado, y gracias a las movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino en Gaza, han conseguido que la Universidad de Granada rompa sus relaciones académicas con Israel.